El premio de la vergüenza
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias
Jueves, 28/01/2010 10:44 PM
Obama, ahora que es premio Nobel de la Paz refuerza la presencia militar en el desbastado y triste Haití. Pero la vergüenza no queda allí, este premio a lo largo del tiempo ha resaltado la cobardía de los mandatarios estadounidenses cuando se trata de humillar a los pueblos del mundo.
Theodore Roosevelt, no se quedo atrás ordenó en 1905 la invasión de República Dominicana, y la de Cuba en 1906. Abogó por el expansionismo estadounidense, pasando a controlar posesiones españolas en el Caribe y en el Océano Pacífico. Su política exterior estuvo basada en, Hay que hablar tranquilamente a la vez que se sostiene un gran garrote. Estableció en 1903 en Cuba la base de Guantánamo, con condiciones tan abusivas, que ni siquiera el gobierno de Fidel Castro pudo ejercer la soberanía nacional y conseguir su devolución al país.
El gobierno de Roosevelt fomento, financio y apoyo la rebelión de Panamá contra Colombia. Los Estados Unidos reconocen la independencia de Panamá el 6 de noviembre a principios del siglo pasado, negocia con el nuevo gobierno un tratado que le deja el control de la zona del canal durante 100 años.
Roosevelt que amplía la doctrina establecida por el presidente James Monroe (hacia 1823) al conjunto del mundo occidental, afirmo que los Estados Unidos intervendrían en cualquier asunto de importancia que afectare sus intereses.
Luego siguió en la misma hegemonía Thomas Woodrow Wilson contra Mexico en 1914, Haití en 1915 Haití y en 1916 contra República Dominicana, países que una vez bajo su mando los otorgo a personajes conocidos por sus abusos y explotación permanente.
Promociono el Tratado de Versalles el cual, paradójicamente, algunos historiadores lo consideran como la principal causa de la Segunda Guerra Mundial. Su idea del gobierno predicaba la necesidad de que una elite poderosa, «moral» y con capacidad era la que debía ocupar el poder en detrimento y con el desconocimiento de la mayoría de la población
Prosiguio Henry Kissinger, quien condujo la organización de los golpes de estado contra el gobierno de Salvador Allende en Chile y posteriormente en Uruguay, esto justo cuando se veía el advenimiento de la izquierda uruguaya presidida por la agrupación progresista Frente Amplio, ambos acaecidos en 1973.
En Chile, se le acusa además de haber organizado la denominada Operación Cóndor, un plan sistemático de eliminación de opositores, dirigido a «combatir el comunismo» en Latinoamérica.
En ocasión del golpe de estado de Argentina, el 24 de marzo de 1976, alentó y apoyó a la Junta militar a que tomara el poder. Lo han acusado de complicidad y del estímulo en la eliminación y «desaparición» sistemática de miles de seguidores revolucionarios, contra quienes cometieron los peores crímenes de manos de la Junta Militar.
Se conoce su implicación directa en los bombardeos secretos sobre Laos y Camboya, ordenados sin permiso del Congreso. Dichos castigos sirvieron para que los khemeres rojos accedieran al poder, del que se servirían para asesinar a más de dos millones de personas.
Henry Kissinger apoyó al régimen indonesio del general Suharto, acusado del genocidio contra la población de Timor Oriental.
Los EE.UU apoyaron abiertamente al Estado de Israel, siendo uno de los ejecutores de la barbarie judía encargada al conocido Shimon Peres, militante sionista desde el primer momento, se unió a la Haganah tomando responsabilidad en diversas áreas de ataques y adquisición de armamento.
Con la creación del engendro genocida en 1948, Peres se integró en el grupo de personas de confianza del Primer Ministro David Ben-Gurión.
La Haganah fue una organización paramilitar judía que cometió numerosos atentados terroristas durante la época del Mandato Británico de Palestina, entre 1920 y 1948. Sus miembros eran los propios integrantes de las «colonias agrícolas» (kibutzim) que iniciaron el exterminio sistemático del Pueblo Palestino.
Para 1936 la Haganah contaba con 10.000 hombres movilizados y más 40.000 reservistas. En 1937 se le rebautizó como Irgún Tzvai la feroz organización terrorista judía. Esto hizo que Peres formara parte de todos los gobiernos del engendro genocida.
Obama al igual que todos los homenajeados con el insincero Premio Nobel de la Paz, ha iniciado bombardeos sobre Afganistán, país contra el que movilizaron más de 111.000 marines. Ahora han movilizado hacia Haití más de 20.000 hombres para controlar el hambre y el abandono al cual tienen expuesto todos los países del mundo.
Los EE.UU y su presidente enfrentan tres cruces, primero, Obama puede resultar asesinado por la derecha fascista engendrada en el Congreso con sus comprometidos representantes dueños de grandes corporaciones.
Segundo, en suelo estadounidense está por suceder una gran explosión social, y como tercero el mando militar puede asestarle una inhabilitación, o lo que elegantemente llaman en nuestros países; un golpe de estado