Los negocios de la rectora Cecilia “Arocha” llegan al Jardin Botánico. Por Miguel A. Jaimes N.
Jueves, 11/11/2010 12:38 AM
La rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia “Arocha” sigue en la conformación de su desenfrenada corrupción.
Para esto ha colocado en puestos claves a ciertos personajillos comprometidos desde su campaña electoral.
Diestros profesores opositores quienes desde usurpados cargos gritan cualquier vulgaridad contra el gobierno bolivariano, abrazados sin ninguna vergüenza de cualquier opositor o partido político de turno, todo desde su falsa academia. La cual es utilizada para los intereses de la grosera academia universitaria opositora.
A sus directivos de la Fundación Jardín Botánico les han colocado sueldos de siete mil bolívares fuertes mensuales. Allí apenas comienza el descaro, todos cobran vulgares bonos, vacaciones y aguinaldos por encima de los veinte mil bolívares.
Esto se da, como parte de los acuerdos durante su campaña, después resta acusar al gobierno nacional de otorgarles un presupuesto chucuto y mientras hablan de austeridad un grupito de agazapados académicos se engrosan miles de bolívares de un presupuesto dedicado a la enseñanza.
Pero aparte, Cecilia tiene a su capo personal, Orlando Vizcarrondo, Coordinador del Rectorado, quien además de su sueldo, cobra también como Directivo del Jardín Botánico.
Todo esto sucede frente a los empleados y obreros de la UCV quienes mantienen una lucha por el reconocimiento de los trabajadores del Jardín Botánico para que sean reconocidos como trabajadores de la universidad.
Mientras todos nos preguntamos ¿cómo es posible que estos directivos asistan al montaje de sus reuniones las cuales se convierten en tertulias y sandeces contra el presidente Hugo Chávez?
Mientras que estos directivos gritan contra la revolución bolivariana la rectora les paga solo por ir a estas trasnochadas reuniones de las cuales no se obtiene ningún resultado, todo se evapora en poder alzar la mano y cobrar por cada una de estas bucólicas secciones.
¿Por cuánto tiempo más seguirán desfilando por el recinto universitario los macarras de la moral académica?
Rectora, la universidad es el recinto de la verdad y no una guarida de delincuentes como usted, ha tenido el descaro en convertirla.