¿Donde están los camaradas?
Por: Miguel A. Jaimes N. (*) – M sc. Ciencias Políticas
Miércoles, 24/06/2009 06:47 PM
La izquierda solidaria y de la amistad ¿vive?
Tenía quince años y unos días más, cuando llegaba a estudiar en una escuela técnica, conocía a los camaradas, después hice razón, según me explicaban que ese era un “liceo combativo”. El destino me llevo y me arrojo a estar cerca de las ideas de Carlos Marx, Lenin, el camarada Mao, después Fidel, Camilo y Mariátegui el peruano, ¡ah!, pero de primero el Che.
¡Tome camarada!, todo revolucionario debe leer esta obra, era La Madre de Máximo Gorki. ¡Qué asombrosa obra aquella, de verdad!, después de leer aquellas líneas nadie volvería a ser indiferente.
Los comunistas nos impregnaban de lectura, asimilábamos nuestro periódico Tribuna Popular, revisábamos completamente el Spugnik y guardábamos celosamente todas las obras de la Agencia de prensa Novosti y las de la Editorial Progreso.
Sin duda, se nos enseñó a ser distintos y diferentes, el respeto a las camaradas y la admiración que se nos desató por los más destacados, las historias de los miembros del Buró Central, los que viajaban a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS, con todas las anécdotas y vivencias.
La seriedad, discreción, tácticas, historias que se relataban y soñábamos casi vivirlas, después vino todo el tema de la Perestroika, Gorbachov, La Glasnog, el Muro de Berlín, La RDA, los largos y claros discursos de Fidel y toda una andanada de cosas más que nos agarraban desprevenidos y no sabíamos atinar una respuesta.
Luego descubrí que a los comunistas nadie los quiere, pero todo el mundo los consulta, son una especie de lumbrera que saben de todo en un mundo oscuro y gris, en un mundo chambón, de muchas personas ordinarias, despilfarradoras, sobre todo muchos que se dicen ser miembros de una derecha que todo lo controlaba de la que hacían oscuros manejos de lo que lograban lanzarle sus superiores.
El Diario del Che, Ernesto Guevara de La Serna, fue una de las obras más destacadas por su realismo y majestuosidad de la libertad y de la camaradería, la amistad por sobre todas las vicisitudes. Posteriormente, la obra dedicada a la lucha del movimiento estudiantil contra Batista y el asesinato de José Antonio Echevarría.
Con los camaradas había que ser muy cuidadoso, nada de una camisa rara, modas o cualquier otra desviación que nos lograra distraer de nuestros postulados marxistas leninistas. Se nos indujo al cuestionamiento, cualquier actividad recibía la recia opinión, llegamos a maltratar la crítica y la hicimos una práctica en cualquiera de nuestras actividades.
Siempre se habló de la bendita Escuela de Cuadros, es la escuela más esperada de mi vida, puesto que nunca la hemos visto y aun se habla de ella, ahora se le da una gran publicidad y nosotros sabemos que este tratamiento no es el más adecuado, la formación sociopolítica no se consigue llamando a la creación de escuelas, así tan a la ligera. La formación es sacrificio, es dar y ver los ejemplos, es trabajo voluntario verdadero y eso aquí se ve muy escaso.
Nuestra formación seguía dándose en consignas hacia la clase obrera y los estudiantes, la historia de los mártires Chicago en el primero de Mayo de los años mil ochocientos, recordábamos a Fischer y otros más.
Vi muchos padres enconados porque sus hijos eran retadores comunistas incluyendo los míos y vaya que nos hicimos rebeldes y discutideros, muchos hasta abandonamos nuestros hogares y soñábamos con que algunos de los camaradas mayores nos lanzaran en alguno de los famosos movimientos guerrilleros en América Latina.
Conocimos de todo, opinábamos de muchas cosas delante de los que llegaban, a nuestros camaradas no les replicábamos nada, solo oíamos sus esfuerzos y preocupaciones por nuestra formación.
Nos conocían muy bien, nos llamaban la atención por cualquier conducta que consideraran desviada y hasta nos regañaban por nuestras notas o por no saber dirigirnos a un camarada. Nos dieron lecciones de disciplina, admirábamos a quienes regresaban de la República Democrática Alemana.
Veíamos las insignias que utilizaban enganchadas en negras boinas, esto nos dejaba atónitos cuando nos obsequiaban una, pero todo con discreción. Tratamos de aprender algunas palabras en ruso y copiamos muy bien el Tabaris.
Luego llega Chávez al poder y todos dijeron, todos los cargos serán de los camaradas y con gran sorpresa vimos como muchas de las direcciones las han amasado los menos idóneos, los más incapaces y hasta destaparse los más traidores. Hay corrientes que expresan en el silencio de sus ideas ¡cuidado, no debemos arriesgarnos a que lleguen los comunistas!
Entonces empezamos a ver que quienes nunca se escucharon empezaban a verse en las principales direcciones y los comunistas no aparecieron ni de últimos.
Hemos sido testigos de una cadena de hechos, los postulados aprendidos van más allá de una sede. ¿Qué ha pasado con todo lo luchado? ¿Dónde quedan los sueños, la amistad, la camaradería? No son solo sedes del pasado donde llegan unos y salen otros. Definitivamente son los postulados que están haciendo historia, son los axiomas revolucionarios hacia donde se enrumba esta nave sagrada e inmensa de casi treinta millones de seres.
Pero son los camaradas los más apartados personajes, quienes no toman en cuenta a sus viejos y jóvenes compañeros con quienes compartieron miles de días de lucha, apartados estamos quienes un día leímos los latidos del Che Guevara, divididos y rechazados entre nosotros mismos.
¿Debe ser esa la conducta de un camarada?, pasa lamentablemente entre quienes hemos cooperado en momentos cuando estudiantes, con trabajadores, campesinos o entre profesionales que compartimos jornadas de encuentro.
Todos nos preguntamos ¿Es esa la conducta a seguir entre camaradas? En fin, que alguien me diga en qué dirección o en que numero de algún celular o correo electrónico debo conseguir a mis camaradas y así poder rejuntarlos de nuevo, miren que muchas cosas tenemos que hacer aun por nuestro país…
(*)Doctorando