Que risa una cuadra inundada de luz. Por Miguel A. Jaimes N.
Jueves, 16/05/2013 04:11 PM
Da risa creer que en el país tengamos una Corporación Eléctrica (Corpoelec) yo al igual que muchos preferiría llamarla CORTO―AD. Y las nuevas tareas de esta empresa están dirigidas al saboteo nacional en la prestación del servicio eléctrico.
El sueño para una buena y constante generación eléctrica pasó por la fusión de todas las empresas regionales de electricidad, para esto el Estado destino la inversión de sumas millonarias, aparte de buscarse infinidad de adversarios.
Incluso muchos llegaron a creer que el Estado era una fiera buscando controlar empresas nacionales que habían sido creadas con dineros de la nación pero con el firme propósito de manejarse bajo el control de influyentes familias.
Pero contrario a esto el gobierno ha inyectado millones de dólares para la aprobación de gigantescos proyectos encomendados a la industria eléctrica y a un significativo número de proyectos presentados por consejos comunales y comunidades en cada uno de los municipios del país.
No ha habido zonas ni comunidades de las más de 800 parroquias distribuidas a lo largo y ancho de los 335 municipios que no hayan presentado proyectos y que los mismos sean aprobados para el sector eléctrico nacional.
Estos proyectos van desde subestaciones, tendidos eléctricos, iluminación, fortalecimiento de las grandes obras en represas y los actuales trabajos de culminación de las mismas.
Aparte de inversiones millonarias provenientes de la mesa de negociaciones del fondo chino venezolano, donde entre otras cosas se están construyendo varias termoeléctricas en el país como el Don Luis Zambrano en el municipio Alberto Adriani, Capital El Vigía en el estado Mérida.
Pero la realidad es otra en el buen mantenimiento, cobertura, servicios, atención y reclamos en el sector eléctrico y todo a pesar del grueso número de empleados que han ingresado más el mejoramiento de los salarios, coberturas de seguros, bonos, prestaciones, tiques de alimentación, aguinaldos y paremos de contar.
Una de las cosas más lamentables es que el futuro de la industria eléctrica nacional la han dejado en manos de demasiado ingenieros, aparte de la entrada de un grueso número de personal pero de mentalidad opositora así muchos de ellos vote en cada proceso eleccionario por la revolución pero no es el caso de la mayoría, hoy acomodada y enquistada en una de las empresas más estratégicas del país.
CORTO―AD se ha encargado de desmejorar el servicio eléctrico nacional. Las grandes inversiones en tendidos eléctricos, trasformadores y hasta la conocida Revolución energética ya no brillan en el país si acaso esa fue una de las intenciones en el principio.
En los años que lleva esta revolución un importante número de su tiempo calles, avenidas, autopistas y caminos que debieran tener un excelente alumbrado público están a oscuras, y esto sin nombrar plazas, áreas comerciales, sectores de la salud y lo más lamentable, sitios recién inaugurados como inversiones del estado, completamente a oscuras.
Un ciudadano de a pie entra a una de las destartaladas oficinas donde ni un asiendo decente hay por no decir que todas adolecen de información referida a los proyectos de esta revolución y mucho menos pensar en un afiche o foto de quien en vida fue el gran presidente Hugo Chávez.
Más bien en muchos de los actos oficiales hay que amenazarlos para que la luz no se vayan y ahora se han dado a la tarea de quemar nuestros equipos eléctricos en horas del mediodía donde ya es costumbre que la luz se interrumpa abruptamente en varias oportunidades y esto justamente pasa cuando existe más consumo del servicio.
No hay sitio de vivienda o negocio ni menos ciudadano que no hayamos sido víctimas de pérdidas de equipos y reparación de los mismos lo cual ha significado gastos millonarios para los bolsillos de los venezolanos por las tamañas irresponsabilidades opositoras del personal que labora en Corpoelec.