Que pasen los muertos. Por Miguel A. Jaimes N.
Martes, 23/08/2011 12:16 PM
Adelante Miguel Ángel Rodríguez
Bienvenido: Miguel Ángel Rodríguez, Diputado a la Asamblea Nacional por el fronterizo estado Táchira. Caballero que zanganea con voraz sufrimiento por querer ser gobernador de aquella entidad.
Miguel Ángel ganó la diputación en aquel estado sin que nadie lo conociese, muchos quedaron sorprendidos al verlo lanzado como candidato, él, dijo que era tachirense y así quedo, bien pudo haberse lanzado por Tucupita diciendo que era de allá, o de cualquier otro lugar. Pero lo que sí es seguro, es que tachirense, no es.
Este es un verdadero “señor” diputado al cobijo de los intereses de Radio Caracas Televisión, sus jefes siguen siendo: Marcel Granier y Eladio Lares, quienes le financiaron su candidatura y lo enseñaron a usar corbata y chaquetas de cuero, y todo a cambio de querer cobrarle al gobierno hasta el cansancio la salida del aire de aquel canal televisivo.
Pero las cosas parecen complicarse un poco. Pérez Vivas el “flamante” gobernador copeyano, nunca quiso que Miguel Ángel fuese candidato por el Táchira, pero este le fue impuesto y su candidatura le quito un cargo que nunca ha podido controlar.
Ahora, Miguel Ángel, desea a toda costa ser gobernador del estado Táchira. Pues, Pérez Vivas en una de sus “loqueras” alcohólicas se la ha puesto fácil al diputado, ya que el gobernador decidió en contra de su partido, Copei, ser candidato a la presidencia de la república.
Esto tiene dos lecturas. La primera: ante el catastrófico gobierno de Pérez Vivas, -quien pretende repetir en la gobernación- este adereza una descuadrada imagen a nivel nacional, tras pretender medirse para derrocar en las elecciones del 2012 al Presidente Hugo Chávez.
Por esta causa, juntos, y cada cual con sus intereses, -Pérez Vivas y Miguel Ángel- quieren impresionar al país con su ecolalia (perturbación del lenguaje).
Segundo: Miguel Ángel, prolonga su agónica desaparición política. Rechazado en la mesa de la unidad, despreciado por el desgobierno opositor tachirense, apartado del resto de los diputados opositores, ni los de su entidad lo aceptan.
Por eso tienen que gritar, apabullar, ofender, farfullar. Perdidos opositores saltando como roedores para procurar no ser mordidos por los mismos de su especie.