Policía de Mérida campeones de la metra

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Por: Miguel A. Jaimes N.  – M sc. Ciencias Políticas

Viernes, 29/05/2009 04:07 PM

Los continuados y repudiados hechos repetidos durante décadas donde están siendo asesinados estudiantes con certeros tiros en el cráneo por parte de las Fuerzas Armadas Policiales del Estado Mérida (FAPEM) tienen su origen en la creación de la Brigada Especial Antimotines implantada en pleno gobierno de Jaime Lusinchi, brazo armado, especialmente formado, entrenado, capacitado, reforzado y dotado con todos los implementos policiales capaces de detener manifestaciones populares estudiantiles.

Este cuerpo parapolicial fue constituido después de los sucesos que acontecieron con el asesinato del estudiante Luís Carballo Cantor en lo que se llamó para la historia venezolana, y muy marcado para este Estado andino, el Marzo Merideño del año 1987.

Esta Brigada también ha servido para el asesoramiento de otras policías a nivel nacional, las mismas técnicas incluyendo todo el paquete jurídico para zafarse fácilmente de las acusaciones de violaciones de Derechos Humanos concretamente hacia estudiantes. Violaciones que en nuestra constitución no prescriben.

Con la creación de esta Brigada Especial Antimotines, inmediatamente empezaron a destacarse varios funcionarios policiales, uno de los más famosos llego a ser el Inspector Cellis, otros, hasta apodos de artistas de Hollywood tenían.

El inspector Cellis tuvo su actuación represiva y asesina por un poco más de una década con la creación de la mencionada Brigada. Oficial destacado de gran confianza para los nuevos Directores que llagaban a cada rato, unos más represivos que otros. Famosos fueron los Coroneles Pantoja y Bastardo, ambos de la Guardia Nacional, este último exhibía orgulloso y gustosamente en un mueble forrado en vidrio un casco militar de la SS Nazi.

A estos oficiales ningún funcionario de la policía de Mérida osaba decirles nada, mucho menos sublevárseles, tampoco se hablaba de los muchos hechos de corrupción que sucedían en esta cosa llamada institución, que más bien debiera tener el nombre de un garito de asesinos por la vulgar situación a la que la han llevado durante décadas un puñado de los más oscuros y mal llamados funcionarios.

Mucho menos, nunca vimos o escuchamos a ningún funcionario del Ministerio Público denunciar los abusos y torturas que sucedían abiertamente en las calles o los rematados en sus celdas y calabozos lúgubres y fríos contra indefensos estudiantes.

La dirigencia estudiantil de la Universidad de Los Andes tuvo para aquellos tiempos un papel protagónico, organizativo, muy destacado y en unión de las demás universidades del país impulsaron grandes luchas por logros estudiantiles. Después de aquellos años huracanados, inmediatamente vinieron los sucesos de Febrero de 1989, El Caracazo y las rebeliones militares de Febrero y Noviembre del año 1992 y la posterior salida de Carlos A. Pérez.

La Brigada Especial actuaba en dos frentes, incluso se distinguían de los demás funcionarios hasta por su uniforme, llegaron a conformarla policías expulsados de otros cuerpos policiales a nivel nacional.

El primer frente, que es la totalidad de ellos, actúa represivamente en los constantes y reiterativos choques callejeros en Mérida; se llego a gastar un presupuesto multimillonario en material antimotines como jamás se ha hecho hasta ahora. Y el otro frente, el encubierto, el liderado por el inspector Cellis, conformado por unos quince hombres, todos vestidos de civil, llegaban sigilosamente a las manifestaciones para cumplir tareas ordenadas, específicas, el asesinato de un estudiante.

Inmediatamente caía un estudiante con una metra en la cabeza o en otra parte de su cuerpo, incluso se llego a utilizar materiales de acero, introducidos dentro de sus escopetas. Descubrieron que si seguían haciéndolo con balas corrían el riesgo de ser rápidamente descubiertos, así que la nueva técnica que se introdujo fue: La Metra.

Para esto eran utilizados los mejores francotiradores de la FAPEM, escogidos muy cuidadosamente por su puntería y por su personalidad represiva. Donde llegaba este grupo vestido de civil a las manifestaciones no tardaba en que cayera un estudiante mortalmente herido a quien lo más seguro que le deparaba era la muerte, incluso en los calabozos de la policía llegaron a torturar hasta su fallecimiento a estudiantes y posteriormente arreglaban con los forenses las actas de defunciones, exponiendo las cosas más descaradas como causa de su deceso.

Mientras tanto la mayoría del otro grupo actuaba inmisericorde en las calles de Mérida, utilizando todo tipo de armas, estas eran descargadas y cargadas múltiples veces. Algunos de los “destacados” oficiales llegaron a utilizar ametralladoras, disparados sus peines y nuevamente volvían a cargarlos y seguidamente eran detonadas.

Lanzaban con potentes escopetas bombas lacrimógenas directamente a la boca de manifestantes, resultados sus dientes volados, partidas y destrozadas sus mandíbulas, otros caían parapléjicos o con severos daños físicos por certeros disparos a sus cráneos. En las calles de Mérida se utilizó todo tipo de armamento que reprimieron hasta la saciedad la protesta estudiantil. La mayoría de los estudiantes heridos y muertes son por disparos a sus cabezas.

Las policías según el gobierno de turno eran adecas o cpoyanas, pero una de las cosas que mas ha hecho daño hasta la presente fecha es esa extraña alianza con el entonces gobernador William Dávila Barrios, este, mantiene hombres adentro que siguen realizando el trabajo de seguir asesinando estudiantes y como saben que la respuesta de los bachilleres de la ULA sería violenta si llegan a asesinar a uno de estos, entonces los últimos muertos los han dirigido hacia estudiantes de educación media y hacia estudiantes del Instituto Universitario de tecnología de Ejido, municipio contiguo a la capital del Estado Mérida.

Mérida, en sus calles y comercios aledaños a las Facultades más combativas, ha sido literalmente arrasada si la muerte recae sobre un estudiante de su Casa de Estudios Superiores, pero estos asesinos se dieron cuenta de algo y es que muchos de los estudiantes caídos no eran de Mérida, es decir son de otras ciudades del país y el impacto no era el mismo, no quedaba en el subconsciente del pueblo todo la trágica y dolorosa pena de ver el entierro y el castigo a que son sometidas sus familias.

Entonces, esta es otra de las causas del por qué ahora la mayoría de los estudiantes asesinados son de otras casas de estudio que operan en este Estado. La muerte de un estudiante de la ULA y sobre todo si es de Mérida tiene un gran impacto.

Posteriormente y con el triunfo del gobierno revolucionario en este Estado el inspector Cellis muy bien conocido por sus destacados actos fue aislado y sacado de la policía, pero nunca fue enjuiciado y el entrenamiento que este dio a este grupo de policías agraviadores quedó y todas sus mañas se han ido trasmitiendo, teniendo siempre un reemplazo para quien haga el trabajo sucio.

Las últimas muertes de estudiantes en Mérida se hacen por encargo, siendo dirigidas contra militantes de la revolución, hacia dirigentes afectos al proceso revolucionario y bolivariano. La oposición crea las condiciones y la policía las ejecuta. Cuando ven la oportunidad o crean las mismas, atacan a uno de los sectores más sensibles que cohabitan en este Estado: Los Estudiantes, ese es el detonante seguro para explotar las huelgas violentas que incluso puede extenderse rápidamente hacia otras ciudades del país.

La Brigada Especial Antimotines de Mérida lleva operando más de veinte años y las muertes de estudiantes con armas de fuego provenientes desde sus áreas de ataque no cesan, esta Brigada de homicidas, atormentadores y crueles no cesara mientras no sea eliminada y sacados todos sus policías de la institución.

Fueron las mismas mentes homicidas que en el año 1991 en plena manifestación por la muerte del estudiante Cadenas del Núcleo del Estado Trujillo desviaron en horas de la madrugada por plena manifestación en la Av. Tulio Febres Cordero una gandola del Ministerio de la Defensa cargada de alimentos cuyo destino era ser descargada en la sede Militar de Glorias Patrias; esto, después de más de diez horas de cruentos enfrentamientos y donde todas las calles aledañas estaban cerradas, pues al pasar la misma frente a las Facultades de Medicina e Ingeniería los manifestantes fueron atacados una y otra vez por el Cabo II del Ejército Johnny Vera quien descargó y cargo su ametralladora UZI.

Los resultados, cuatro estudiantes baleados múltiples veces y asesinado el estudiante de Letras Magdiel Páez oriundo del Estado Portuguesa y quien se encontraba allí ya que pertenecía a la Brigada de Salvamento de Ingeniería Forestal y al observar que varios de sus compañeros caían ametrallados corrió a ayudarles y fue ferozmente baleado hasta la muerte. En especial la policía de Mérida, como al igual que las del resto del país creen que tienen licencia para matar estudiantes

Así llegamos al caso de Sofía, mujer policía que fue atacada por Nixon Moreno —hoy prófugo de la justicia— y quien tuvo que renunciar, salirse de la policía por ataques, señalamientos y presiones. Esto es bueno que se sepa, cómo una sencilla mujer policía logró enjuiciar a quien sencillamente por sobradas razones no había sido señalado por los otros tunantes que hoy ocupan los cargos de la Fiscalía del Ministerio Público y de los Tribunales de Justicia.

Esta situación se presenta por la irresponsabilidad continuada que han tenido algunos Fiscales y Fiscalas del Ministerio Público de Mérida. ¿Por qué creen Uds. se presentan tan seguido estas lamentables situaciones en este Estado? Sencillo, por la complicidad y arreglo de los expedientes por parte de estos funcionarios, ¿sobornos?, ¿no tocar sus padrinos? Seguramente eso, y parte de otras cosas más. No se quiere tocar verdaderamente por parte de estas autoridades la verdad dentro de esta institución.

Y es que la actuación de algunos de estos funcionarios del Ministerio Publico es asqueante, es repulsiva, utilizan estas instancias para perseguir a inocentes ciudadanos que no caen en sus vulgares chantajes, incluso algunos de ellos con rastros muy “Refinados” se prestan para impartir venganza y persecución contra honestos habitantes.

El Estado Mérida se ha venido convirtiendo acelerada y violentamente en la prosecución de hechos graves en el orden de la delincuencia organizada, asesinatos por encargo, mejor conocido como sicariato, operan células de grupos paramilitares colombianos como las Águilas Negras, han llegado al asesinato de grandes jefes de los carteles del narcotráfico internacional, robos, atracos, sobornos, chantajes. Y todos nos preguntamos ¿Dónde anda la policía? Que no llega ni para ponerle orden a los gritos de un borrachito madrugador.

Andan algunos de estos funcionarios integrando bandas de sicarios, operan con paramilitares colombianos, andan secuestrando, asesinando y planificando el asesinato de otro estudiante.

Ministro del Poder Popular para Interior y Justicia, Tarek El Aisami, hijo de este Estado y responsable de los cuerpos policiales de todo el territorio nacional, mientras la Brigada Especial de la Policía continúe existiendo los asesinatos de estudiantes nunca cesarán, léanlo bien, hoy, muchos estudiantes de la ciudad de Mérida están en SELECCIONADAS listas de sicarios-policías esperando sólo la orden de connotados políticos oposicionistas de la región, como el extraño caso de la defensa que abiertamente manifiesta de forma instantánea el exgobernador opositor William Dávila Barrios, quien no ha vacilado para ponerse descaradamente en la defensa de un grupo de policías al no más saberse del vil asesinato del estudiante Presidente de la Federación de Centros Universitarios del IUTE, cobardemente asesinado por un certero tiro de Metra en su frente, efectuados por francotiradores miembros de esta policía contra la humanidad de este inocente estudiante. Del grupo de policías incriminados, nueve en total, ya tres escopetas calibre 12 dieron positivo con restos de Metras.

En estas actuales condiciones el Estado venezolano despilfarra recursos en funcionarios que denotan claros hechos de violencia y terrorismo institucional. Si esta situación no cambia radicalmente y más aun en un gobierno Bolivariano, socialista, revolucionario, como se puede con estos valores justificar la muerte de cualquier ser humano en estas condiciones, entonces la peor inversión es la que actualmente se esta haciendo en la capacitación de esta institución y de sus funcionarios.

Paradójicamente es esta una de las instituciones donde más permisos hay para estudiar y capacitarse en las ofertas académicas que ofrece este Estado. ¿Qué aprenden? Puede ser que opten por estudiar sólo para poder ascender.

Esos los que andan como sombras asesinando estudiantes en las negruras de oportunistas sitios. Cadenas, Domingo Salazar, José Uribe, Rosas Piña, Guacaran, Magdiel Páez y tantos otros cientos de estudiantes que fueron heridos engrosan las listas de las sombras de la injusticia judicial. Son los mismos asesinos de ayer los homicidas de hoy, cuidado con nuestro futuro…

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