Los Goebbels del poder y de la mentira mediática

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El peor globo y la más horrenda visión: Globovisión

Por: Miguel Jaimes

Martes, 19/05/2009 10:59 AM

Alberto Federico Ravoell es un perro amaestrado para ser vulgar, escandaloso y mostrar los colmillos a cada rato al sentir que sus amos están amenazados, entre esos al que mas quiere, al Sr. Zuloaga. A Raboell le vendría bien el nombre de Blondi, el perro amaestrado de Adolfo Hitler, él debería saber como terminó este animal en los días finales del mes de Abril de 1945, no se escapó del cianuro que su amo le dió, a este, a quien el Fuhrer consentía y cuidaba desde cachorro, su fiel amigo pastor alemán. Pronto todos seremos testigos del veneno que le dará su patrón a este adiestrado, innoble, ramplón y obsceno figurín trajeado con ropas y perfumes prestados.

Ravoell, terminará como el “atardecer de los fascistas”, sólo, con delirios de grandeza, con terror de persecución, verá a sus mentirosos amigos como se ahuyentarán con su fétida presencia, saben como ha sido su cobarde, constante, bajo y pérfido comportamiento. Sociopata en potencia.

Amenaza, grita, gruñe, señala e insulta como un nazi, pero terminara como todos ellos, espantadizo, escabulléndose, practicándose cirugías y cambiándose de nombre, tiñéndose sus pelos y operándose sus ojos o colocándose lentes de contacto para dejar sus anteojos que le hacen juego con sus salidos dientes.

Su verbo formado y modelado en las academias americanas del liderazgo y de perfil de líder le acompañarán para pedir por sus amos y complacerlos en aplausos y risas en las fiestas del Este caraqueño, donde titila con su mano temblorosa los rones que le ofrecen mientras sus amos toman el whisky.

Zamuro faldero, come sobras, bajo, cobarde, cargador de cadáveres, cree hacer juego con quienes se burlan cuando sus dedos temblaban asustado señalando al periodista Amorin.

Este ideólogo del fascismo y propulsor de la guerra de cuarta generación, ha sido uno de los más asiduos lectores de Paúl Joseph Goebbels, el genio de la propaganda nazi durante la segunda guerra mundial. Goebbels, cuya esposa estuvo siempre enamorada del Fuhrer y llegó hasta éste solo para poder estar cerca de Adolfo Hitler.

Toda la propaganda de Ravoell esta fundamentada en la vulgar programación diaria que vomita el canal donde él, es testaferro de los Zuloaga.

A Goebbels se le atribuyen muchos de los alcances de la propaganda moderna, entre ellos se destacan sus once principios. Veamos uno a uno estos principios analizando que no existe diferencia con lo que trasmite diariamente el grupo de periodistas defensores en el canal del palangre venezolano, Globovisión:

Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que “piensa como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.

No es un caletrero Federico Alberto Ravoell, es un conocedor del plan, actúa exactamente como lo señalan los principios de Paúl Joseph Goebbels. Dicen que es igualmente que Goebbels, cojo y deforme en su pie derecho, prejuiciado por lo feo y con la pena que ninguna mujer les miraba, las tenían porque las compraban, mientras Goebbels era chueco de un pie, Ravoell igualmente lo es de su mente, es un perfecto servil amaestrado, destacado por los constantes llamados de atención que planifica.

Ravoell creó a Globovisión, Goebbels creó y dirigió un periódico que llevó por nombre El Ataque. Goebbels era un gran orador, Ravell intenta hacer lo mismo desde sus pantallas, incluso anuncia temblores y predice meses de lluvia o de verano, equinoccios, eclipses. Siempre atribuyéndole todo lo que suceda como malo al gobierno.

Goebbels terminó en su Bunker con una orden dada que no escapó a su mujer y sus hijos, ¡asesinarlos!, envenenó a sus seis hijos y luego ordenó que todos sus cuerpos incluyendo el suyo y el de su esposa fueran incendiados después de recibir sendos disparos en la nuca. Pero como los rusos estaban a solos metros, sus cobardes colaboradores huyeron y dejaron el trabajo a medio terminar, por esto sus cadáveres a medio quemar fueron reconocidos al llegar las tropas soviéticas.

Vamos a ver como terminan los cobardes dueños del Bunker de La Florida, seguro como cuando los hechos posteriores al once de Abril, rogando en las pistas de despegue les den un campito aunque sea en el piso de las avionetas de sus amigos

Ravoell esta rociando gasolina para incendiar su bunker, sabe que uno de los escenarios que tienen es que le sancionen el pasquín ese llamado Globovision y para ello trabaja, no descansa, no duerme, saca el mayor provecho posible a esta permisible situación, se ha convertido en todo un maestro de la locura mediática. Cuenta con muy buenos asesores en cuanto a sacarle el mayor provecho a este posible escenario.

Cada vez que el pote de humo ese llamado CONATEL, que hasta la presente fecha no se ha atrevido a sancionarles, pero cuando asoma la posibilidad de un nuevo expediente, entonces Ravoell corre como un cobarde roedor, bien lo decía Nolia, es un perfecto malandro, cobarde, pajaruco y pataruco.

Ravoell, debes saber que eres odiado por los que tu crees son de tu misma clase social, ellos saben que siempre pertenecerás a las zonas mas populares de Caracas y esto ellos lo detestan, saben que de allí es que vienes.

El pueblo terminará cerrando esa porquería que llamas tu canal, y para cuando esto suceda no habrá Guardia Nacional Bolivariana ni Metropolitanos que te defiendan…

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http://www.aporrea.org/medios/a78012.html

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