De nuevo Perú

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Por: Miguel A. Jaimes N. (*) – M sc. Ciencias Políticas

Domingo, 17/05/2009 03:04 PM

Primero fue Carlos Ortega, posteriormente Eduardo Lapi Y Nixon Moreno, ahora Manuel Rosales, pero debemos igualmente recordar que allí está escondida Patricia Poleo no la guarda ninguna medida internacional de protección y aún cuando se encuentra solicitada por INTERPOL ningún organismo ha hecho algo por capturarla y deportarla hacia Venezuela.

El Perú es la nación asignada por los Estados Unidos para recibir fraudulentamente a todo aquellos personajes de la oposición Venezolana como país de aliviadero asignado a quienes después de fracasar en las acciones encomendadas tienen la garantía de un espacio geográfico seguro.

Poderosamente llama la atención que los opositores más acérrimos, quienes han desarrollado acciones encomendadas con los más duros formatos de la derecha fascista sean resguardados en este país.

Acaso no fue Patricia Poleo una de indiciadas por el asesinato del Fiscal del Ministerio Público, Danilo Anderson. Esta periodista huyo y aún sigue escondida en este país, desde allí escribe editoriales y realiza denuncias que son publicadas en los medios de comunicación propiedad de su padre.

Que se puede decir de Carlos Ortega, personajillo a quien se le debe la quiebra de cientos de negocios, perdidas de las Reservas Internacionales en más de un setenta por ciento. Responsable de cantidad de personas fallecidas porque quedaron atrapados en un infierno de paro general y después de capturarle jugando bingo se escapa con delincuentes de su misma calaña que logro comprar desde la cárcel.

Estas son las razones de un Estado impune, cómplice y corrompido, donde se deja a zamuros cuidando carroña y estos dicen “no me des, ponme donde allá”. Este fue el mismo modus operandi en el caso de Eduardo Lapi, igualmente comprometido hasta el fondo en una de las tantas conspiraciones contra el Presidente Hugo Chávez, incluso relacionado con un magnicidio hacia la primera figura presidencial.

Lapi es uno de los forajidos de la oposición que más le ha robado a la nación, es tanto, que incluso pidió a la oposición no seguir nombrándole, hoy en día tiene jugosos negocios en Panamá y los EE.UU.

De Manuel Rosales no hace falta teclear mucho el computador para describir la clase más baja que representa un mínimo sector de venezolanos. Lo mas grave es que se escape en nuestras narices como lo hicieron tantos otros y aquí con tantos casos no se tomen medidas para que estas aberraciones, que nos dejan muy mal parados en el tema de la impunidad, no se sigan repitiendo.

Todavía nos preguntamos, ¿Cómo se fueron Nixon Moreno, Pedro Carmona, el General de Brigada González González, el Contralmirante Carlos Molina Tamayo, Juan Fernández, Carlos Fernández, el Coronel Faría y el Capitán Faría, los hermanos Salazar Bohórquez, ambos Capitanes del Ejército. Además de los oficiales de la Guardia Nacional que se encuentran en Miami en calidad de “asilados”, que provocaron actos de terrorismo, detonándole bombas de C-4 a las sedes diplomáticas de España y Colombia.

¿Responsables? Nosotros mismos, a la cabeza, los cuerpos policiales y la actitud dudosa de los fiscales del Ministerio Público, quienes sí sabían que estas personas eran cien por ciento fugables y nada hicieron por detener lo que hoy en día todos lamentamos.

Nada puede ser comparado con la situación en que nos dejan las fugas de estos personajes de la negra historia venezolana. Responsables, el Ministerio Público, tribunales y los cuerpos de seguridad del Estado. Cualquier persona sale o entra de nuestras fronteras, traen desde paramilitares y salen y entran aeronaves y nadie ejerce control. La mayor soberanía es la de nuestras fronteras pero todo indica el desguarnecimiento de éstas.

A cada rato se habla de los radares chinos, igualmente nos señalan de las bondades del satélite Simón Bolívar y aun vemos que la fuga de Manuel Rosales estuvo tan anunciada y no se le hizo seguimiento que advirtiera a tiempo esta situación.

No esperemos mucho de algunas instituciones que hoy guardan la responsabilidad de hacer justicia, impulsemos una reforma judicial. La justicia es la base de la tranquilidad y la convivencia de una verdadera, justa y equitativa República.

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http://www.aporrea.org/internacionales/a77896.html

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