Haití
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias
Viernes, 15/01/2010 01:39 AM
Faro de libertad en soledad
Haití es hoy la ciudad más triste del planeta, sus pueblos, ciudades y caminos viven otro siglo, estamos en el 2010, pero allí están épocas atrás. Solo queda un dos por ciento de pulmón vegetal, todo ha sido llevado al carbón porque no hay gas y este es muy caro. Su capital Puerto Príncipe esta semi destruida y millones de seres humanos deambulan de un lado a otro.
La nación de los Jacobinos Negros, grupo de revolucionarios que ayudo la expedición de Francisco de Miranda cuando zarpaba desde sus costas a bordo del Leander y dos galeones mas alquilados, y que luego perdió al tratar de traer nuestra bandera tricolor hasta costas venezolanas.
En esos tiempos atrás, motivó apresuradamente a viajar por varios días y noches a lomo de caballo al cura Fray Juan Ramos de Lora, fundador del seminario de San Buenaventura, hoy Universidad de Los Andes, quien llego hasta costas venezolanas gritando que el anticristo venia desde el Caribe, que habían salido de un pueblo de negros llamado Haití.
Los cielos haitianos sintieron como al paso de sus genes hundía la piel de quienes con el manto de su iris trataban de cubrir los destinos de la patria del General Negro: Petión, quien ofreció ayuda militar y material a Simón Bolívar y fue el primero en este continente de indígenas y esclavos en liberar a su país contra la usurpación iberoamericana.
Hoy solo queda un cirio para cubrir los sueños del ayer, los tiempos de huracanes y otra vez los fuertes terremotos, catástrofes que parecieran suceder solo por alguna fuerza maléfica que se escapo de las cárceles de los cielos, no hay otra explicación ante tanto sufrimiento para un pueblo devastado, hundido, olvidado.
Los genios protectores de las voces de los veranos, inviernos y de nuevo los veranos, son una poderosa fuerza que no dejan derribar los gigantes que espanten las levantadas verdades
Haití fue un faro de libertad, con los duros siglos perdió su luz, sus regímenes dictatoriales impulsaron a sus mujeres a tener como mínimo 5 hijos, aparte de haber abortado cada una hasta tres veces por falta de alimentación y asistencia de salud.
Un país con once millones de habitantes donde sus mayorías famélicas están lanzadas en la calle, la sociedad se desobligo con los de su mismo color, mas aun no se diga la comunidad internacional.
Haití nos necesita y solo un par de expresiones mundiales como Cuba acudieron a su llamado desde años atrás, ayudando con médicos a sociedad golpeada ferozmente. Igual solidaridad internacional acordó Venezuela conjuntamente con su actual mandatario el Presidente Preval, impulso el acuerdo Petrocaribe, incorporando a esta nación antillana para otorgarle una cuota diaria de petróleo, esto para tratar de vencer las marcadas asimetrías dejadas tras años de pobreza.
La suerte parece estar lanzada, ojala todos los cielos sean justos con estos millones de sufridos seres humanos…
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