Ni los cadáveres descansan en paz
¿Dónde está el cuerpo del Heroico Guerrillero Raúl Reyes?
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias Políticas
Miércoles, 22/04/2009 09:19 AM
En uno de sus sabios escritos, el Comandante Fidel Castro llegó a señalar ¿qué sociedades son éstas donde ni los muertos logran descansar en la paz de sus tumbas?
El cuerpo del Comandante Guerrillero Raúl Reyes no es entregado a sus familiares porque el mismo fue descuartizado, mutilado, disparado hasta la saciedad por un Comando de homicidas que hoy se juegan a su manera la paz en Colombia.
El odio es tal, que sus conductas son profundamente enfermas, irracionales, irascibles, verdaderos sociópatas, en esto se convirtió el Ejército Colombiano, en un estupor de fascistas, aniquiladores, entrenados por israelitas y estadounidenses.
El cuerpo de Raúl Reyes los acusa, cada hematoma, cada pedazo de piel faltante, cada uno de los órganos desprendidos, la desfiguración de su rostro, sus miembros descuartizados, los golpes después de muerto y las fotos personales de sus verdugos con su humanidad guindado y destrozada, acusan a cada uno de los terroristas que acabaron al Comandante Guerrillero. En el Ejército Colombiano están tan enfermas sus mentes que gozan y ríen como cadáveres cargando basura.
Ahora la Policía Metropolitana de Colombia dice textualmente “la Policía, la institución dio cristiana sepultura a sus restos”. ¿Dar cristiana sepultura un grupo de asesinos? que descaro, hasta el Comandante de esta unidad fue cambiado y toda la evidencia empezó a borrarse, muy propio de un Estado formado en la mafia, la trampa, la innegable e inocultable injusticia.
Así, que al mejor estilo de siempre estos militares ejecutan sus formatos con los cuales les fueron entrenados: asesinar y mentir. Torturar a guerrilleros hasta su muerte, desaparecer sus cuerpos y mutilar sus manos.
De esta misma manera operaban los militares en nuestro país en las décadas recién pasadas contra el movimiento guerrillero venezolano, en costales de fique, eran trasportadas las cientos de manos mutiladas, fue lo mismo que hicieron contra el Che Guevara los militares bolivianos.
En Venezuela funciono el famoso centro de torturas llamado el Teatro de Operaciones numero cinco, el TO5 de Yumare, en el Estado Yaracuy, se cansaron de lanzar a guerrilleros aún agonizando a terrenos de esta base militar, aún hoy, están sus cuerpos allí, luego pavimentaron el lugar para una pista de aterrizaje.
No me he detenido a averiguar, pero espero que este campo de la tortura reabierto en el gobierno de Jaime Lusinchi, con el objetivo de perpetuar la Masacre de Yumare, ya esté nuevamente cerrado. Porque sino, quedaríamos muy mal nosotros al andar gritando que cierren la Base de Guantánamo en Cuba y la de Tres Esquinas en Colombia y las nuestras acá en Venezuela que también sirvieron para la hora negra de los militares descendientes de Bolívar, aún estén funcionando.
El cuerpo de Raúl Reyes no es entregado porque fue desmembrado, sus manos con sus diez dedos fueron sacadas por el comando de rangers norteamericanos que participaron en la operación, las mismas fueron llevadas hasta la sede del Pentágono en los EE.UU.
Su cuerpo fue picado en cientos de pedazos lanzados a perros rabiosos que devoraban sus partes y sus duros huesos fueron quemados hasta calcinarse, todo esto en una gran borrachera donde se atisbaron varias reses que sirvieron bien poco, lo esperado era el dinero otorgado a cada uno de los homicidas quienes de último y para demostrar aun mas su saña, mientras recibían promesas y planificaban futuros ataques contra guerrilleros y les obsequiaban casas, apartamentos, vehículos y se repartían el botín ofrecido de mas de dos millones de dólares, otro montón de los militares elites, pateaban lo que quedaba de los restos de la cabeza del Comandante Raúl Reyes.
Para los revolucionarios cada trastada, insulto, asesinato y todas aquellas bajezas de las elites asesinas, servirán para seguir construyendo otra Suramérica, otro nuevo hombre.
Honor y Gloria para ti Raúl Reyes y tus veinte y cuatro Combatientes que ya no están, donde estén, donde nos escuchen… ¡Hasta mas allá de la tierra¡ ¡hasta más allá del polvo¡