¿Cómo arrancamos el Socialismo en las recientes empresas impulsadas por el Estado?
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias Políticas
Jueves, 28/05/2009 10:53 AM
Tendencias de cambio en las organizaciones y la construcción del socialismo del siglo XXI
Me interesa el futuro, porque en él, pasaré el resto de mi vida.
C. F. Kettering.
En primer lugar podemos revisar una de las tendencias de cambio en las organizaciones que se vienen planteando en los actuales momentos respecto a la mudanza de la cultura organizacional, sustentado en uno de los pilares fundamentales que apoyan a todas aquellas organizaciones que quieren hacerse socialmente humanas y para esto pienso el Estado ha invertido en crearlas, para que sean humanas de verdad, y sean piedra angular del mejoramiento continuo de las organizaciones.
También es relevante estudiar la importancia de la gestión de recursos humanos en el avance de la tecnología. Causa esta que debe impulsar a las organizaciones a cambiar su cultura y formas de funcionamiento.
Es importante resaltar que la nueva alta gerencia del Estado, llámese en la CANTV, Movilnet, Banco del Tesoro, Banfoandes, Banco Industrial de Venezuela y el recién adquirido Bando de Venezuela. Todos ellos conforman una nueva sinergia que bien podríamos llamarla: Venezuela socialista XXI. Son los recientes responsable en construir organizaciones donde se expanda continuamente una mejorada aptitud que conlleve en comprender la complejidad, clarificar la visión y mejorar los modelos mentales compartidos, es decir, son responsables de aprender a partir de las nuevas necesidades y exigencias del pueblo.
Hoy más que nunca, las organizaciones deben desarrollar capacidades de aprendizaje que les permitan capitalizar el conocimiento. Esta premisa se ha convertido recientemente en algo fundamental para el desarrollo de ventajas en servicios y la supervivencia de la organización en un entorno altamente cambiante. Las nuevas estrategias deben ser tomadas en cuenta por las consolidadas organizaciones, las cuales tienen el propósito de poder evaluar y reconocer los valores culturales necesarios, para así promoverlos y reforzarlos mediante un plan de acción, lo cual permite, que no se pierda la viabilidad ni vigencia en sus procesos de comunicación; considerándose la misma como un elemento clave para el cambio de cultura y creación del fortalecimiento de los valores culturales necesarios para apoyar la estrategia organizacional, así, enfrentar un voraz proceso de globalización y competitividad.
En la medida que avanza el socialismo del siglo XXI, varias tendencias económicas y demográficas están causando un gran impacto en nuestra cultura organizacional. Las nuevas tendencias y los cambios dinámicos hacen que organizaciones e instituciones públicas se debatan en la urgente necesidad de orientarse hacia los avances tecnológicos. Los hechos han dejado de tener sólo relevancia local, pasando a tener como referencia el mundo. Los países, regiones e instituciones colapsan cuando los esquemas de referencia se tornan obsoletos y pierden validez ante las nuevas realidades.
Desde la perspectiva básica y general de la globalización, la apertura económica, la competitividad son a los que se tienen que enfrentar las nuevas organizaciones. En la medida que los servicios suplanten a la voraz competitividad, esta –los servicios- serán un elemento fundamental en la nueva organización, los gerentes o líderes deberán hacer más esfuerzos por alcanzar altos niveles de productividad y eficiencia con sentido social.
Las organizaciones es la expresión de una realidad cultural, llamada a vivir en un mundo de permanente cambio, tanto en lo social como en lo económico y tecnológico, o, por el contrario, como cualquier básico organismo, encerrarse en el marco de sus límites formales. En ambos casos, esa realidad cultural refleja un marco de valores, creencias, ideas, sentimientos y voluntades de una naciente comunidad institucional.
Ciertamente la cultura organizacional sirve de marco de referencia a los miembros de la organización y da las pautas acerca de cómo las personas deben conducirse en ésta. En muchas ocasiones la cultura es tan evidente que se puede ver como cambia al momento en que se traspasan las puertas de los organismos oficiales y de sus empresas
Desde un punto de vista general, podría decirse que las nuevas organizaciones comprometidas con los mejores servicios están abiertas a un constante aprendizaje. Esto implica generar condiciones para mantener una enseñanza continua, enmarcada como el activo fundamental de la organización.
Hoy en día es necesario que las organizaciones diseñen estructuras más flexibles al cambio y que este se produzca como consecuencia del aprendizaje de sus miembros. Esto implica generar condiciones para promover equipos de alto desempeño, entendiendo que el aprendizaje en equipo implica generar valor al trabajo y más adaptabilidad con una amplia visión hacia la innovación.
Si bien es cierto, que han sido muchos los esfuerzos de transformación que han fracasado en las instituciones públicas, no es menos cierto, que la falta de planificación y liderazgo en esas organizaciones ha generado el deterioro en las funciones mantenidas, entre otras cosas, una inquietud impostergable: ¿cómo ejercer un compromiso gerencial que realmente incentive el cambio y la creatividad? Se pudiera hablar de dos esferas complementarias de acción. La primera se asocia con el ejercicio de un estilo capaz de gerenciar el trabajo de la mente y el corazón. Por su parte, se relacionan con el establecimiento de condiciones organizativas y favorables.
Mediante los procesos de transformación organizacional, algunos gerentes de los organismos e instituciones públicas han eludido aspectos coyunturales como la cultura organizacional, se ha interpretado muy superficialmente el rol del líder dentro de los nuevos procesos, se ha ignorado lo importante y estratégico que constituye el hecho que: si no hay una visión compartida, nunca se generará la suficiente energía y significado que movilice a la organización y a su recurso humano en los recientes procesos.
Socialismo en pequeño, es que el Estado se plantee la creación seria de empresas que se dediquen a la recolección de la basura, empresas para la construcción de viviendas, empresas de bolsas plásticas biodegradables, empresas que se dediquen al reacondicionamiento de parques y plazas, que mantengan las calzadas y el asfalto de las calles, con calidad, eficiencia y prontitud. Esta es la funcionalidad del socialismo del siglo XXI.
Así, el aspecto central de las organizaciones es la calidad de sus líderes con plena libertad en el sentido de su emancipación, poseedores de un alto nivel de capacidades, lo cual le permite gerenciar el cambio con visión proactiva. Se sostiene que el énfasis en los costos, clientes, caos y competitividad, son factores sobre los cuales la gerencia de activos humanos estará orientando sus decisiones y acciones en forma global y estratégica, de manera tal de agregar valor en forma sistemática y continua a los procesos de la organización.
Los nuevos esquemas gerenciales son reflejo de la forma como la organización piensa y opera, exigiendo entre otros aspectos: un trabajador con el conocimiento para desarrollar y alcanzar claros objetivos, con un proceso flexible ante los cambios introducidos por la organización; una estructura plana, ágil, capaz de reducir y combatir la burocracia, que a su vez cree nuevas empresas que colmen la demanda creciente. Esta debe establecer un ambiente de trabajo que satisfaga a quienes participen en la ejecución de los objetivos organizacionales; un sistema de recompensa basado en la efectividad del proceso donde se comparte el riesgo y el triunfo; un equipo de trabajo participativo en las acciones de la organización.
Ciertamente todas las recientes, variadas y múltiples organizaciones venezolanas que han sido recientemente creadas o adquiridas no escapan a esta realidad de cambio, la adopción de nuevas tecnologías, calidad de gestión, reingeniería de procesos, todo esto contribuiría a excelentes resultados.
Las estructuras tienen finalidades, estas pasan por ciclos de vida y enfrentan problemas de crecimiento. Tienen una personalidad, una necesidad, un carácter y se las considera como micro sociedades que tienen sus procesos de socialización, sus normas y su propia historia. Todo esto está relacionado con la cultura.
La idea de concebir las organizaciones como culturas (en las cuales hay un sistema de significados comunes entre sus integrantes) constituye un fenómeno bastante reciente. Hace diez años las organizaciones eran en general, consideradas simplemente como un medio racional el cual era utilizado para coordinar y controlar a un grupo de personas. Tenían niveles verticales, departamentos, relaciones de autoridad, entre otros. Pero las organizaciones son algo más que eso, como los individuos; pueden ser rígidas o flexibles, poco amistosas o serviciales, innovadoras y conservadoras, pero unas y otras tienen una atmósfera y caracteres especiales que van más allá de los simples rasgos estructurales. Los teóricos de la organización han comenzado en los últimos años a reconocer esto, el admitir la importante función que la cultura desempeña en los miembros de las mismas.
El concepto de cultura es nuevo en cuanto a su aplicación a la nueva gestión empresarial creada recientemente por el Estado. Es una nueva óptica que permite a la gerencia comprender y mejorar las organizaciones. Los conceptos que a continuación se plantearán han logrado gran importancia, porque obedecen a una necesidad de comprender lo que ocurre en un entorno y explican por qué algunas actividades que se realizan en las organizaciones fallan y otras no.
Al revisar todo lo concerniente a la cultura del trabajo, se encuentra que la mayoría de autores coinciden con el desarrollo del trabajo, tanto desde las ciencias sociales como con las ciencias de la conducta. La cultura es la conducta convencional de una sociedad, e influye en todas sus acciones a pesar de que rara vez esta realidad penetra en los pensamientos del colectivo. Su cultura da seguridad y una posición en cualquier entorno donde se desarrolle y encuentre el trabajador.
Por otra parte, las definiciones de cultura están identificadas con los sistemas dinámicos de la organización, ya que los valores pueden ser modificados, como efecto del aprendizaje continúo de los individuos; además dan importancia a las causas de sensibilización como parte puntual de la cultura organizacional. La cultura es como la configuración de una conducta aprendida, cuyos elementos son compartidos y trasmitidos por los miembros de una comunidad.
En la misma línea están el conjunto de valores, necesidades expectativas, creencias, políticas y normas aceptadas y practicadas por ellas. Distingue varios niveles de cultura, a) supuestos básicos; b) valores o ideologías; c) artefactos (jergas, historias, rituales y decoración) d; prácticas. Las prácticas expresan los valores e ideologías gerenciales.
A través del conjunto de creencias y valores compartidos por los miembros de la organización, la cultura existe a un alto nivel de abstracción y se caracteriza porque condicionan el comportamiento de la organización, haciendo racional muchas actitudes que unen a la gente, condicionando su modo de pensar, sentir y actuar.
Dependiendo del énfasis que le otorga a algunos de los siguientes elementos: poder, rol, tareas y personas. Basado en esto, se expresa que la cultura del poder se caracteriza por ser dirigida y controlada desde un centro, ejercido por personas claves dentro de las organizaciones. La cultura basada en el rol es usualmente identificada con la burocracia y se sustenta en una clara y detallada descripción de las responsabilidades de cada puesto dentro de la organización. La cultura por tareas está fundamentalmente apoyada en los trabajos-proyectos, que realiza la organización y se orienta hacia la obtención de resultados específicos en tiempos concretos. Finalmente, la cultura centrada en las personas, como su nombre lo indica, está basada en los individuos que integran la organización.
Desde otro punto de vista más general, la cultura se fundamenta en los valores, las creencias y los principios que constituyen los cimientos del sistema gerencial de una organización, así como también al conjunto de procedimientos y conductas gerenciales que sirven de ejemplo y refuerzan esos principios básicos.
La cultura en las nuevas empresas del Estado debe orientarse en el conjunto de normas, valores, solidaridad y formas de pensar que caracterizan el comportamiento del personal en todos los niveles de la empresa, así como en la propia presentación de la imagen.
El planteamiento anterior, se refiere a la forma como la cultura vive en la organización. Además demuestra que la cultura funciona como un sistema o proceso. Es por ello, que no sólo incluye valores, actitudes y comportamiento, sino también, las consecuencias dirigidas hacia esa actividad, tales como la visión, las estrategias y las acciones, que en conjunto funcionan como sistema dinámico en este reciente modelo de convivencia socialista.