A la Fiscal Luisa Ortega Díaz. Por Miguel A. Jaimes N.

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Sábado, 17/09/2011 02:31 AM

Un homicida apodado El Cuervo anda libre

“El expediente que involucra al ex General de la Guardia Nacional, Felipe Rodríguez, alias “El Cuervo” en el triple asesinato de Plaza Altamira ocurrido en 2002, está siendo revisado.” Esas fueron las palabras de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, cuando se anunció al país la libertad de este sujeto el pasado cuatro de marzo del presente año 2011.

Después de estas declaraciones esperamos se haga justicia en la investigación que involucra claramente a El Cuervo, cuando en el 2003 el Ministerio Público “dio por concluida la investigación”, demostrando los fiscales la plena culpabilidad en las acusaciones formuladas en contra de este homicida.

Ante la gravedad de este caso también se pronunció la Comisión de Política de la Asamblea Nacional, quienes decidieron unánimemente reabrir esta investigación después que un tribunal le concediera libertad condicional.

Aún, cuando sabemos que el responsable de liberarlo fue el juez 7° de Ejecución, Jimay Montiel, quien decretó la libertad del ex general Felipe Rodríguez, “El Cuervo”, y de Silvio Mérida, encausados por haber colocado potentes explosivos en el Consulado de Colombia y en la Oficina de Negocios de la Embajada de España, ambos hechos ocurridos en el 2008 todo dentro de una conspiración internacional para enlodar y acabar con el gobierno del Presidente Hugo Chávez Frías.

Esto, nos indica que las acusaciones señaladas en contra de estos agresores son suficientemente graves como para que en un juicio repentino se resuelva dejar todo hasta aquí.

Dicha “generosidad judicial” también dejo en libertad al capitán retirado, Otto Gebauer, indiciado por los delitos de insubordinación durante los sucesos de abril en el 2002.

“El Cuervo”, sale de prisión el cuatro de marzo con un beneficio judicial de prelibertad, apenas habiendo cumplido la mitad de la condena impuesta tras los atentados explosivos contra las sedes diplomáticas de Colombia y España ocurridos en 2003.

Pero este ex general de la GN conocido con el alias de “El Cuervo” nunca se le juzgó por haber organizado el asesinato de tres soldados y de la novia de uno de ellos, ni el intento de homicidio de otra joven.

Aún, cuando el cabo segundo de la Armada, Pedro Sifontes, ha declarado ante la jueza de control Deyanira Nieves Bastidas que el general Felipe Rodríguez ordenó el pago de tres mil bolívares fuertes por el asesinato de cinco jóvenes. Esto sucedió en plenos hechos de la toma de Plaza Altamira aquí en Caracas, cuando militares disidentes en contra del Presidente Hugo Chávez, escondieron en hoteles cercanos al sitio de la toma y en los sótanos del Metro de Caracas, guardaron un arsenal de armas.

Pero el país se impresiona ante el hallazgo de cuatro cuerpos sin vida encontrados con claros signos de tortura y con tiros de gracia en la cabeza de cada uno y en su abdomen, los ejecutaron en Parque Caiza y entrada a la hacienda Palo Gacho, carretera Cupo-Chuspita, estado Miranda, esto sacudió a la opinión pública e intentaron culpar de lo sucedido al propio Presidente Hugo Chávez, pero el profesionalismo de nuestros cuerpos detectivescos y de la fiscalía, logran demostrar que dicha orden fue ejecutada por un peligroso homicida: el ex General Felipe Rodríguez “El Cuervo”.

Este lamentable hecho debe llamar profundamente  la atención en una sociedad bolivariana, justa y respetuosa de los derechos humanos como la nuestra.

Los torturados cuerpos encontrados eran de los soldados Ángel Salas, Darwin Argüello y Félix Pinto y Zaida Perozo, esta última, estudiante de turismo y novia de uno de los soldados, todos ellos, estaban siendo utilizados en la toma militar de Plaza Altamira.
Pero, desafortunadamente para los asesinos, una adolescente de catorce años sobrevive al múltiple crimen.

Esta joven es Roxana Rivero, que al declarar permite que un tribunal condene ejemplarmente a treinta años de prisión a partir del 2006 a Luis Gregorio Chacín Sanguines, alias “el Armadillo”, y Gregory Rafael Umanés Castillo, “El Zorro”,  por ser estos homicidas quienes torturaron y ajusticiaron a estos inocentes jóvenes.

Pero, Roxana Rivero identifica a Tairo Aristigueta, un ex policía de la Metropolitana quien se apodaba “el hombre de la etiqueta”. Ante esta importante revelación el abogado de Aristigueta: Carlos Durán, viendo que su cliente estaba completamente comprometido en estos crímenes, acusa ante la fiscalía al ex general Felipe Rodríguez de ser el autor intelectual de estos crímenes.

El mismo abogado -Carlos Durán- declara: “Existe en el expediente un conjunto de documentos que comprometen a varios miembros de la FAN en situación de retiro, entre ellos, el general Felipe Rodríguez, los cuales deben ser llamados a declarar”,
Llega el veintiséis de noviembre de 2003 y el comisario Miguel Rodríguez Torres, ex director de la entonces Disip, ofrece una rueda de prensa junto al ex ministro del Interior, Lucas Rincón, dando detalles del múltiple crimen.

Rodríguez Torres, señalaría parte de los testimonios de los implicados en la masacre, entre ellos los del cabo Sifontes, Gregorio Chacín Sanguines, alias “el Armadillo”, Umanés Castillo alias el “El Zorro”, las declaraciones de Raúl Antonio “Fao” y Hugo Johny Ordóñez Dorado, alias “HJ”.

“El Armadillo” y Sifontes acusaron al general Felipe Rodríguez y al coronel Yusepe Pirielli como los que ordenan el asesinato de los soldados ante una supuesta fuga de información al Gobierno. Entonces, si esto fue cierto, estos muchachos eran un grupo de valientes quienes cumplían con su patria, y los victimarios se encargaron de encontrar las armas, el automóvil y un equipo de radio para llevar a cabo el planificado asesinato.
Trasladaron a las victimas bajo engaño hasta el lugar donde serían asesinados, después de insultarlos y escupirles el rostro fueron atados, golpeados y amordazados, procediendo uno a uno a asesinarlos con tiros de escopeta.

Por esto le pagaron a cada uno de los asesinos tres mil bolívares fuertes. Sifontes en sus confesiones señalo: “Una vez que regresamos del sitio nos dirigimos a la plaza Altamira. Nos encontramos al coronel Pilieri a quien “Armadillo” le dice que el trabajo está hecho. Pilieri hace una llamada al general Felipe Rodríguez y le dice que el paquete está entregado y listo. De ahí nos dispersamos”. Sifontes también declaro: “Debía estar con él, hasta el final, (El Cuervo) y cumplir sus órdenes hasta morir”.

Dra. Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de nuestra República, como un ciudadano más de este país confío en su preocupación con el sentimiento que esto jamás será olvidado y que la justicia es la madre de nuestro democrático sistema de justicia, por el que tanto usted, por su condición de Fiscal General, reclama y construye cada día. En usted confiamos en que se reinicie el juicio contra el ex general Felipe Rodríguez, alias El Cuervo.

Quedo de usted,

[email protected]

http://www.aporrea.org/contraloria/a130352.html

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