Vergüenza carcelaria. Por Miguel A. Jaimes N.
Viernes, 18/01/2013 10:57 AM
Nuevamente y con dolor me persuado que el dinero peor gastado en nuestro país es el despilfarrado en la administración de justicia y con ellos van las policías de todos los tipos existentes en Venezuela, tribunales y la llamada Fiscalía general de la república, quienes no se quedan atrás y son los más irresponsables de todo este desastre judicial que a diario vivimos a nivel nacional.
Hacia principios de diciembre 2012 todos quedamos boquiabiertos una vez mas gracias a las espeluznantes imágenes tomadas seguramente desde un teléfono móvil situado en un primer piso y desde el cual se enfocaba un feo y viejo pasillo húmedo, perteneciente a cualquiera de los terribles centros penitenciarios existentes aún, en una nación más rentista que petrolera.
Allí estaban en una larga fila los presos como comúnmente son llamados por funcionarios policiales y sus custodios. Pasaban uno a uno desnudos, bajo la orden de un funcionario acreditado por el Ministerio del poder popular para asuntos penitenciarios, quien agarraba con fuerza entre sus dos manos una fuerte tabla, palo o rolo como le quieran llamar, les iba ordenando bajarse los interiores y quedarse con el culo pelado, para asestarles una tremenda paliza.
Este ser humano, fuerte, corpulento con chapa y carnet del recién constituido ministerio, goza de salarios, ticket de alimentación, fideicomiso, IVSS, ley de política habitacional, aguinaldos, vacaciones, bonos, aparte de su sueldo el cual desconozco si será alto o bajo, pues el Estado venezolano lo mantiene para que su cargo sea el de torturador y sin piedad golpee salvajemente una y otra vez a una larga fila de presos.
Cuando se cansó de darles palo, pidió ayuda, inmediatamente lo sustituyó otro de sus compañeros igual de esbirro, quien con más fuerza vino a caerles a palazos a los presos que faltaban. En esa larga fila los palazos aumentaban sin detenerse, hasta que le tocó el turno a un muchacho de estatura baja y de poca contextura, quien se dobló, cayó arrodillado y no podía levantarse del fuerte dolor.
Debo decir que personalmente conozco a la actual ministra Iris Varela, no soy su pana ni nos estamos llamando, pero afortunadamente nos conocemos. Iris es una mujer recta, cabal, humana, la he visto llorar por tantas injusticias que a diario suceden en este país y ante estas horrorosas reaccionó, sin temblarle el pulso prometió castigo para los culpables de este bochornoso acto cometido lo cual mancha la protección contra el desamparado tal y cual lo suspira un revolucionario como lo es el presidente Hugo Chávez Frías.
Por los mismos funcionarios que trabajan en las cárceles es que no cambia la terrible situación que diario se mueve en el sistema penitenciario. Que difícil la tarea asignada al nuevo ministerio si dentro existen saboteadores, quienes defienden los negocios que hacen con los presos y por eso ellos se matan en encarnizadas y violentas venganzas.