Verdad petrolera
Por: Miguel A. Jaimes N.
En rigor de una oculta verdad petrolera, no es difícil entender el dinamismo de la complejidad energética en Venezuela. No será suficiente con adoptar que el ser humano es privado en sus deseos —tal y como lo desea la ideología capitalista— sino que ahora es multidimensional y abarca un amplio espacio de la conciencia social y tiene ahora más que ver con lo colectivo, es decir le interesa ahora más la verdad de la gente y el manejo de las materias primas del suelo que pisa. Esto solo puede dar cuenta de una gerencia integral que aborda, desde las diferentes disciplinas, la condición humana como garantía el éxito de una empresa.
Gracias a otra visión integral la cual sería imprudente nombrar aquí para no encasillarla pues la misma debe de pertenecer a todos los miembros de una sociedad que se asuma como tal petrolera, hemos podido concebir el máximo de potencia de cada ser humano perteneciente en este caso a su grado de compenetración por ejemplo con el caso de Petrocaribe. Pero igual debe suceder lo mismo con los 55 kilómetros cuadrados que integran la faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías desde el centro del país comenzado por los estados Guárico, Anzoátegui y Monagas donde 22 países con 26 empresas desarrollan en emporio petrolero nacional más grande del planeta.
Es necesario insistir que al hablar de máximo de potencia significa un cambio urgente de una conciencia llamada en el consenso, atada al viejo paradigma y sustituirla por una visión fresca orientada hacia la conciencia espiritual del compromiso petrolero.
Los antiguos sistemas de jerarquías significaron apoyaturas para delinear un sistema que alcanzara el máximo potencial en cuanto a ganancias, ahora debemos unir esto con lo social, con el hombre, con el individuo. Dicho en otras palabras: un nuevo sistema jerárquico amplio, de inclusión. Donde lo obsoleto —aunque sigue funcionando a medias—aún no queda excluido de la gran pirámide del Sistema de Jerarquías, pues este funciona por inclusión y no por exclusión.
Por eso la nueva industria petrolera debe luchar contra la perfectibilidad de los sistemas jerárquicos con sus valores, creencias y hasta adaptabilidades comportamentales. Reside en la misma fuerza de la perfectibilidad la potencia de elevarse a un orden jerárquico que prometa una mejor calidad en la gerencia sin perder detalles, pero han obviado la gente y esto es lo que debe incluirse.
Aunque los sistemas jerárquicos, por último, son infinitos. A cada instante van haciéndose más funcionales, pero menos armónicos. Así mismo un sistema jerárquico que es de donde sale las direcciones deben comprender que los pasos hay que abrirlos, cada parte no es un todo y de lo vertical, horizontal y trascendente, debe orientar nuevos resultados —productos, beneficios, máximo posible de producción— pero cuidado en el crecimiento de las jerarquías de la cultura del petróleo esta nos invitan a presenciar simultáneamente nuestro propio crecimiento como seres humanos. Donde exista la semilla bien intencionada de la evolución no hay razones para temer que no ocurra lo mismo por poner el ejemplo en Petrocaribe. Ya varios experimentos a este respecto se han llevado a cabo en diferentes países del mundo.
Los aspectos gerenciales, ahora unidos a los geográficos, geoestratégicos, geopolíticos, de seguridad y defensa más los políticos propiamente han sido ampliamente desarrollados, ahora deben llevarse dentro de la verdad petrolera, mostrar nuevas orientaciones que acuñen el novedoso concepto de la Geogerencia petrolera. Notoriamente la base fundamental de esta propuesta planteada se fundamenta en un área geográfica específica: petróleo y geografía.
Ahora, tomando en cuenta a diferentes autores de diversas posiciones y visiones académicas, divididos en dos bloques, el primero de ellos integrado por: Abraham Maslow, Edgar Morín, Ken Wilber, Fritjof Capra, Werner Heinsenberg, Max Planck, Gilles Deleuze y Michel Foucault, mientras un segundo bloque presidido desde Michael. T Klare, Mendoza Pottella, Joseph Stiglitz, Jesús Mora, Mazhar Al-Shereidah, Jaime Jalife-Rahme entre otros, cada uno en su especialidad argumentan enfoques disimiles. Sus formulaciones ayudan en el primer bloque al análisis y propuestas desde una visión hacia una geogerencia del pensamiento abierto, amplio, mientras el segundo bloque orienta sus formulaciones hacia lo geopolítico y geoestratégico.
El nuevo concepto del negocio e intercambio petrolero aún no se ha implementado en lo novedoso de esta propuesta de manera total y absoluta. Aunque las nuevas exigencias de integración del modelo político venezolano impulsarán muy pronto junto al nuevo conjunto de habilitadores para la región la creación y aplicabilidad de una gerencia novedosa.
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