Venezuela en la mira del imperialismo

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El caso venezolano es particular. Venezuela se presenta con un importante liderazgo en toda la región sudamericana. Sus más de 917 kilómetros cuadrados certifican una participación geográfica de alta importancia. Con una reserva petrolera superior a 300 mil millones de barriles de crudo la hace posicionarse con el 21% del petróleo existente a nivel mundial.

Ahora certificada en la quinta posición de gas. Este sencillo país es el creador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en 1960 el más gigantesco de los marcadores del crudo. Particularidad que los ha llevado a creer en el fortalecimiento del conocido Cono Sur y del arco caribeño.

En estas dos respetadas áreas se ha constituido la más importante de las resoluciones interregionales que hasta ahora se haya conocido en el planeta. Allí quedan ubicados Petrocaribe, PetroSur, Gasoducto Antonio Ricaurte compartido con la República de Colombia, las construcciones de refinerías compartidas desde Nicaragua en Centroamérica hasta Cuba la máxima de las Antillas para luego pasar por República Dominicana, Jamaica, Brasil y de allí a Vietnam, China, Federación de Rusia y Bielorrusia.

La República Bolivariana de Venezuela cuenta con un censo demográfico superior a 30 millones de habitantes albergando la creación y solidez de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) más la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), ahora, uno de los principales miembros del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) junto a la República Federativa de Brasil. MERCOSUR es el espacio de confluencia de las primeras economías del planeta.

Desde está sudamericana nación se han podido desarrollar los más impresionantes acuerdos SUR-SUR. Espacios de igualdad reclamantes de una nueva pluralidad geopolítica de integración.

Las conocidas posiciones conocidas por el mundo entero son apoyadas por miles, sobre todo cuando por cuenta de factores adversos se han activado la más voraz persecución constituida en estos tiempos los cuales no terminan de ser modernos a pesar de los anuncios del fotoshop.

El objetivo, claro y evidente, derrotar la revolución bolivariana. Esta estrategia avanza en dos sentidos. La primera con una campaña interna de desabastecimiento lo cual ha llegado hasta los principalísimos anaqueles del consumo diario del venezolano. Crisis económica promovida principal y originariamente por el grupo Mendoza entre otros sinuosos responsables.

Este conglomerado de empresas a lo largo de la última década y media han estado presentes en la reducción de su producción la cual conforman los rubros de la cesta básica, otorgados planificadamente por gobiernos anteriores adversos a los intereses de las mayorías, llevando hoy a este emporio a la instalación con los dineros del Estado al más gigantesco trust de empresas funcionando fuera de nuestras fronteras

El Estado venezolano les ha otorgado en los últimos años miles de millones de dólares y actualmente al igual que en el pasado estas empresas propiedad de familias pudientes han desarrollado la más gigantesca red de importaciones. No producen en nuestro país ni una hectárea de productos sembrados.

Esta difícil situación ha afectado enormemente al país, pues el 96% de los dólares provenientes de la otra atrofia, pero esta vez institucional han desarrollado como una imperfecta espiral económica la heredad de un monstro de mil cabezas el cual en cada zarpazo intenta ahogar la hacienda pública nacional: el rentísmo petrolero.
Este modelo a estas alturas ha hecho aguas en nuestra economía cambiado y las familias creadas alrededor del trust energético a lo largo de los100 años vividos han estado alejadas de las necesidades de la población, pero ahora pretenden que un modelo diversificado, sustituya sus importaciones, que sembrar la tierra y lo autosustentable siga sonando como un quebraron encantado.

Haciendo paralelismo con esta situación y como unidos para que la oportunidad de resquebrajar la revolución se les dé, en este momento cuando el barril petrolero ha perdido más de un 80% de su valor, pues el conglomerado internacional han aprovechado el royalty de sus ganancias por las inversiones oportunistas que hicieron durante décadas a expensas de los controles lo cual los llevó a apoderarse de nuestras principales riquezas, ahora, han decido emprender la más colosal empresa del delito internacional y desde la Organización de Estados Americanos (OEA) y desde otras instancias, llaman a que se imponga la llamada Carta Democrática en contra de Venezuela.

Estas bravuconadas son encabezadas primeramente por los Estados Unidos de Norteamérica, quienes pretenden en una especie de aluvión que cientos de países se pronuncien en contra de Venezuela y que esta acción le cueste la vida política y social al actual y legitimo gobierno.

Por eso los editoriales internacionales como los del Washington Post rompen records, más todas las cadenas de declaraciones, acciones, amenazas de intervención y saboteo no descansan y se van magnificado al punto que buena parte del mundo llegue a creer que la vida en aquel sudamericano país es inaguantable.

Venezuela es un país tropical, quien hasta hace no menos de media década ganó el reconocimiento mundial como la nación más feliz del mundo. Estas son las tierras donde vibra la historia de los más grandes: Bolívar Sucre, Miranda, Piar. Estos son los lados donde corresponde el nacimiento de la revolución bolivariana.

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