Un raro embajador. Por Miguel A. Jaimes N.
Domingo, 29/09/2013 10:23 AM
Es la embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Austria. La singular conducta del máximo diplomático llama poderosamente la atención. Cualquiera puede vivir sólo, sin la familia, pero no es lo usual en tan alto cargo. Diariamente todo el personal del Servicio, que también tradicionalmente viven en la Residencia, debe salir de la misma a las cinco de cada tarde y sin excepción.
Raramente permanece en la Residencia los fines de semana. A menudo viaja y sin chofer, sale fuera de Viena y Austria, va en el auto más viejo de la Embajada, a pesar que el vehículo asignado es un Mercedes Benz. Compró un auto personal por 120.000 euros (€). Según…. siempre se dirige siempre hacia Croacia, país emblemático dentro de una zona altamente conflictiva y un paraíso en venta de armas clandestinas, todo residuos de la guerra de los Balcanes.
Su amigo personal al cual permanece muy ligado es el Embajador de Colombia. Nunca tomó la obligada distancia a pesar de la dura situación presentada entre nuestro gobierno y el de ellos cuando el mandato de Álvaro Uribe. Pero con el Embajador Cubano y toda la delegación del país antillano la distancia y nula cercanía siempre se encargó de mantenerla bien marchita.
Las visitas del embajador colombiano, feroz enemigo de la Revolución Bolivariana y cubana, hacia la Embajada de Venezuela se repiten noche tras noche, sobre todo cuando las relaciones, acá en Sudamérica estuvieron bien alteradas entre nosotros.
Todo sucede mientras los connacionales del Embajador de Colombia que viven en Viena sostienen que la propia Fiscalía de su país acusa a su representante de tener vínculos discretos y directos con el crimen paramilitar.
En la Conmemoración del 5 de julio en el año 2009 extrañamente se presentó un locuaz emisario del Partido Liberal Austríaco (PLÖ), por supuesto de extrema derecha. En su preocupación él confundió al Embajador, presentándose ante un distraído funcionario indicándole que era el Secretario General de esa organización neofascista, su nombre: Hans Christian Strache, quería hablar personalmente con el alto funcionario venezolano. El visitante venía muy recomendado por parte de su buen contacto que vive en los Balcanes.
La cita se dio a posterior con sus “buenos” resultados. Después de aquello obligaba a los miembros de la Embajada a asistir en nombre de la República de Venezuela a los actos presididos por el III Presidente del Parlamento, Dr. Martin Graf, quien es un connotado líder neofascista austríaco.
Ninguna advertencia por parte de su equipo valió, quien aún bajo amenazas de desacato, sin embargo advertían que no era prudente que nuestra Embajada estuviera presente en actos del neofascismo europeo, todo mientras las campañas de confusión por parte de la prensa austríaca se mantenían en contra de Venezuela.
A principios de enero 2008 se presenta un grave caso, estaría de visita en Venezuela el Presidente de Eslovenia Danilo Türk. No valió la entrevista ese 10 de enero con algunos miembros en la Misión, cuando el Ministro Plenipotenciario y Enviado Especial de la República de Eslovenia, Stephan Salej Bogdan, emisario especial del Presidente Danilo Türk, quien manifestaba abiertamente su simpatía por la Revolución Bolivariana y el Presidente Hugo Chávez.
Danilo Türk enunciaba sus deseos de estrechar la amistad entre ambos mandatarios y abrir unas anchas relaciones diplomáticas entre los dos países. Para ese momento el nuevo Embajador comunicó verbalmente que él se haría cargo de tan importante asunto.
Acto seguido procedió excluyendo de todo trámite a varios funcionarios, dándoles instrucciones de no ponerse en contacto con la Cancillería venezolana sin su autorización. Pasó el tiempo y el Embajador se encargó de enfriar la visita presidencial de Danilo Türk a Venezuela, todo ante las insistentes consultas de varios diplomáticos venezolanos, quienes advertían sobre el estado de tan delicada operación, pero las respuestas del alto diplomático eran evasivas.
El Ministro Salej Bogdan llamaba a la Misión venezolana insistentemente, estaba muy alarmado. Informaba que el Embajador no atendía a sus llamadas, faltando solo tres días para el viaje del Presidente Türk a la América Latina, Salej Bogdan llamó muy consternado para prácticamente dar un ultimátum.
Las llamadas hacia la Cancillería venezolana eran desesperadas. Finalmente a último minuto fue resuelto, curiosamente por la intervención de un Embajador, hoy Ministro de un importante organismo venezolano.
Sin dudas estuvimos tras un turbio y deliberado proceder por parte del Embajador en Austria. Muchos en aquella Embajada aún conservan por los insistentes contactos el número del celular del Ministro Salej Bogdan, quien eventualmente sigue a la orden.
La Embajada se da el lujo en cuanto a la ausencia de una política comunicacional. Boletines permanentes o reportajes, incluso exposiciones itinerantes que bien pudieran presentarse en universidades, sindicatos, organizaciones sociales, todo con fines de fomentar solidaridad con nuestro país, son rechazadas. Todo naufraga, proyectos, entrevistas y acuerdos con personalidades o grupos revolucionarios tampoco cuajan, siempre aduciendo que no hay presupuesto.
Para el 2008 se constituyó una Comisión Mixta, pero nada se movía. Tras las insistentes llamadas de dos altos funcionarios del Ministerio de Transporte de Austria, el Ing. Friederich Pichler y el Lic. Michael Lederer, deseando conversar porque los acuerdos de cooperación entre ambos países estaban paralizados. Muy tímidamente informaron que el Embajador tampoco les respondía las llamadas.
Posteriormente, algo muy grave, delicadísimo sucedió cuando el Festival de Cine Centro Americano de Viena. Allí se proyectó el reaccionario film “El Sistema”. El folleto decía claramente: auspiciado por la Embajada de la república Bolivariana de Venezuela. La trama consistía en un reportaje donde quedaba involucrada la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar.
Ese despreciable film de lo menos que discurre es de la orquesta, ni sobre la obra de los Maestros Abreu y Dudamel. Su objetivo es colocar al país en un basurero. Reflejaba una nación descompuesta por la miseria chavista, representada por un hampa artificialmente desbordada, donde las madres corren el riesgo de morir entre las balaceras para llevar a sus hijos a las clases del Profesor Abreu.
Este film está en abierta consonancia con la más vulgar y virulenta comparsa contra—revolucionaria internacional, que no abandona sus objetivos estratégicos: desestabilización y magnicidio. Esto quedó, como que desde Venezuela se recomienda y patrocina ver una película contra—revolucionaria.
El hábil Embajador también se ha encargado del desmantelamiento de las redes sociales austríacas en favor de Venezuela, todo trabajo político lo comenzó a desmontar. Pero un caso sintomático fue el deliberado desdén por aproximarse a la organización Solidaridad de la ciudad de Graz y otras en Viena, todas de corte neofascista.
En cuanto a las relaciones con Eslovenia la Secretaria General de la Juventud Socialista de Eslovaquia, María Misiková, armó una asociación de solidaridad con la Revolución venezolana. Pasar allá reportes bolivarianos traducidos por ellos. Los camaradas eslovacos estaban muy entusiasmados y proponían dictar charlas, conferencias, debates, junto al guion cinematográfico “La revolución no será trasmitida”. Todo debía ser divulgado en la sede del partido, sindicatos y en la Universidad de la capital, Bratislava.
Pero el Embajador se encargó de desplazar estas iniciativas, colocando a un joven Secretario, cuyos conceptos lo colocaban muy lejano de la Revolución Bolivariana. Todo se aplazó.
Personalmente se encargó de la conferencia con Stefan Lehne. Es conveniente precisar que el diplomático austríaco, Dr. Stefan Lehne, fue nombrado en el año 2005 miembro de la Comisión encargada del futuro de Kosovo y fue uno de los principales actores en la toma de decisión de la independencia de esta provincia del Sur de Serbia, un paso que generó un peligroso foco de inestabilidad en la región. Además fue nada menos que asesor del jefe de seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, uno de los principales protagonistas del Acuerdo de Belgrado, sobre las relaciones entre Serbia y Montenegro, acuerdo que derivó en el desmembramiento total de Yugoslavia y del asesinato de su presidente Eslodovan Milosevic en la cárcel de La Haya.
Semejante prontuario encendió de nuevo las alarmas de la Embajada. Llegaron las advertencias de rigor al Embajador a fin que fuese muy cauto con este funcionario. Lehne había solicitado un encuentro con el Embajador, algo que suele ser normal en las relaciones diplomáticas, pero nadie conocía sus propósitos, era preciso ser un refinado y hábil diplomático, pero al menos tener dos dedos de frente como para intuir que pretendía aquel “experto en balcanizaciones” en nuestra embajada, justo cuando el imperio yanqui y sus lacayos regionales imponían en Bolivia y en nuestro país una agenda de terror similar a la de Yugoslavia.
De todas maneras, cualquier acercamiento con este singular funcionario era preciso consultarlo con Cancillería para tomar decisiones concretas y acertadas, pero para eso se necesitaba alguien con un bagaje político—cultural que el embajador no poseía.
Estas son las cosas que se auspician desde una Cancillería que no ha terminado de cambiar y la cual saldría reprobada en los criterios de escogencia de unos diplomáticos que sin dudas no responden a esta revolución ni al Socialismo del Siglo XXI.
Este “caballerito” fue directamente asignado por nuestro Comandante Eterno. Pero, ¿Quién se lo recomendó? ¿Acaso no fue el Mayor General Baduel, el que está preso?
Pienso que un embajador con tan precaria formación y peligroso proceder no debería representar a nuestro país en Austria, país de tan conflictiva sinopsis desde la II Guerra Mundial y frontera con la Europa Oriental.
Todo esto sucede mientras en Cancillería ni se percatan de su capacidad, ni de su peligrosísima política diplomática para estas funciones. Pero todo esto que puede importar en medio de muchos embajadores signados bajo este tino, pues como él, hay muchos repartidos en todo el mundo.
Por eso la denuncia sobre la vieja racista, asesora de Capriles, Beatriz de Majo, accionista de una empresa que para sorpresa de todos presta servicios informáticos nada menos que a la Cancillería y al súper reestructurado CICPC es absolutamente alarmante, mientras esto merece una averiguación criminal, compañeros y panas disfrazados de altos funcionarios se debutan principalísimos cargos en las embajadas del mundo.
Por eso aquí se ha llegado a nombrar hasta al dueño de una discoteca de un estado de la república muy famoso por sus rumbas nocturnas como Embajador en una de las islas de El Caribe.
El Embajador salió, conduce su auto color ….. de 120.000 euros…