Rentismo

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Por: Miguel A. Jaimes N.

La debilidad de la moneda estadounidense y las bajas temperaturas en varios países en los meses fríos, entre ellos los situados en el hemisferio norte, Europa, Estados Unidos, partes de Asia oriental y en el viejo continente, el ataque ruso al Califato Islámico y su expulsión de Siria, el excesivo aumento de la población y la maquina automotor encaminarán el escenario hacia el aumento del barril de crudo. Las actuales y reales estimaciones desde el 12 de septiembre 2014 ya no seguirán siendo las mismas, ni a la excesiva alza pero tampoco a la desaforada baja. El petróleo va a hacia un equilibrio mundial de unos70 dólares por barril.

Así mismo las olas de frío permanente favorecerán su precio y los de otros combustibles como los utilizados para la calefacción. La barrera impuesta se romperá y será superada por varios dólares a favor de los productores tal y como sucedió en la primera mitad del 2011 y los 120 dólares en el primer semestre del 2012. La fabulosa ubicación geográfica de nuestro país, más la certificación de contar con las primeras reservas mundiales, indudablemente acrecentará las amenazas —en todo orden— contra Venezuela.

Venezuela: rentismo vs diversificación

Pero mientras la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se presenta como la propietaria del 86% de las reservas de crudo que hay sobre el planeta, Venezuela saluda con un stock petrolero certificado en 299.570 millones de barriles (las más grandes del planeta), y de gas con 196 billones de pies cúbicos; solo esto suministraría la energía que requiere Mercosur para continuar con su desarrollo industrial y tecnológico. Pero surge el dilema: ¿cómo aprovechar el target competitivo, seguir vendiendo petróleo tal y como se ha encumbrado desde las pasadas décadas y convertir los nuevos negocios en intercambio de tecnologías, adquisición de modernas maquinarias y capacitación profesional?

Para las principales Bolsas de Valores del mundo, son incontables los millones de reservas de crudo y de los trillones de metros cúbicos de gas. Sencillamente son incuantificables en cualquiera de las monedas, incluso hasta en las más poderosas como el dólar y el euro.

Y todo se da mientras los dividendos tras el negocio petrolero se codean junto al de dos sectores de negocios que monopolizan la economía mundial. Por una parte, la venta de armas; y por la otra, el sector farmacéutico.

Así, la militarización expuesta en los países del cartel petrolero —conformado por los Estados Unidos de Norteamérica y los 28 países pertenecientes a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)— es la más colosal alianza, donde ni Venezuela se escapa. Ellos decidirán militarmente los destinos de la supuesta única estrella pensante.

A dicha manipulación unipolar se enfrentó la estoica propuesta de Hugo Chávez junto a la timidez de algunos organismos regionales, más una cantidad importante de países. Saben que estando solos también serán víctimas del control definitivo de su energía y, por lo tanto, del futuro de sus habitantes.

Los acuerdos regionales en América (hacia el Sur y El Caribe) relacionados con el tema petrolero, deberían impulsar sólidas alianzas a partir del comercio, concesiones y suministros para el desarrollo del país, en las que Venezuela debería inspirarse, para que de una vez por todas, conforme internamente la figura de un imperativo Consejo Nacional Energético.

PetroAmérica, Petrosur, Petroandina, Petrocaribe, Gran Gasoducto del Sur y el Gasoducto Antonio Ricaurte más la construcción de varias refinerías, son solo algunos de los habilitadores que están ayudando a fortalecer las inminentes alianzas regionales. Es crucial un equilibrio que ojalá se entienda en el alto gobierno a fin de convocar a una especie de equipo integrado por ministerios, expertos, personalidades invitadas por regiones, logrando darle cuerpo a diversas estrategias, pues la inmensa cantidad de dinero que entran por petróleo son respuestas reclamadas en los esfuerzos al posicionamiento donde vivirán las futuras generaciones.

Está claro que Venezuela es el país con más alianzas establecidas para ofrecer petróleo, pero es el que menos necesita carburante de otras naciones para desarrollarse. En consecuencia, debe establecer una suerte de Consejo Energético para analizar las nuevas posturas, realidades y acuerdos interregionales de integración.

Jamás nos pareceremos a China, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) es superior a 5,92 billones de dólares, acompañado de un modelo de crecimiento económico anual del 10%; los mismos que acaban de convocar la creación de 45 millones de nuevos puestos de trabajo e invertir en su economía cinco billones de yuanes (264 mil millones de euros), exclusivamente para relanzar su modelo económico fundamentado en la industrialización, comercialización y distribución, somos Venezuela el inmenso reservorio del planeta.

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