¿Quiénes meten en tantos líos al Gobierno?. Por Miguel A. Jaimes N.

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Miércoles, 27/04/2011 06:03 AM

Primero fue el caso del guerrillero colombiano Ballestas, capturado extrañamente en una enredara operación en un estacionamiento de un centro comercial en la ciudad capital. Un complot donde participaron –algunos- funcionarios policiales en conjunto con cuerpos de seguridad colombianos.

Esto fue el descaro, agentes venezolanos trabajando con cuerpos de seguridad extranjeros, -DAS y ejército colombiano- encubiertos, sin ningún aviso ni autorización del Estado venezolano. Todo se ejecutó a cambio de altas sumas de dinero aportado por el vecino país.

Esta grave situación presentada en aquel momento, exhibió a algunos funcionarios actuando bajo intereses económicos otorgados por un país que busca a cada momento enturbiar las relaciones diplomáticas.

Posteriormente, Ballestas fue expulsado a Colombia y encarcelado, de él, nunca volvió a saberse nada.

Luego, más enredado aun, fue el caso del secuestro de Rodrigo Granda. Igual, otro caso oculto, sin orden, ni permiso del gobierno de nuestro país. Nuevamente un grupo integrado por cuerpos de seguridad del Estado actuaron bajo el ofrecimiento de un gran pago por parte del gobierno colombiano.

Terminaron entregando a Colombia a un activista legal de las FARC con quien incluso el mismo gobierno colombiano se entendía en abiertas negociaciones para el canje de rehenes.

Días después, frente al escándalo mundial y sin ningún tipo de vergüenza el gobierno de Colombia termino liberando a Granda.

Esta vez fueron más lejos, estuvimos a punto de haber entrado en guerra con Colombia, todo por la irresponsabilidad de algunos que actuaron al estilo de los mercenarios.

Es nuestro país, este caso concluyó con el encarcelamiento de varios funcionarios pertenecientes a diversos cuerpos de seguridad.

También, recordemos al peruano Montesinos. Se descubrió que a este prófugo lo resguardaban y luego de haberle sacado altas sumas de dinero por esconderlo, optaron sus cercanos colaboradores por delatarlo.

Pero de los responsables mientras estuvo escondido en Venezuela, nadie respondió.

No sería extraño que la treta armada contra el periodista sueco sea una nueva obra de algunos funcionarios policiales, muy bien dirigidos para meternos en líos con Colombia.

Hay sectores interesados en que Walid Makled no sea deportado. Esos intereses, nuevamente se activan al igual que en los casos anteriores.

Pero en este caso la situación es aún más complicada, puesto que los conocedores de las mafias que operan en nuestro país, sobre todo del narcotráfico, saben que Walid es una pieza muy clave, sobre todo, porque los menos beneficiados de su extradición son los que más alharaca arman por los opositores medios de comunicación, y me refiero a sectores de la Mesa de la Unidad Democrática.

Final y lamentablemente, Venezuela de un solo plumazo entrego a Colombia al periodista de nacionalidad sueca, no sin antes haber violado infinidad de sus derechos como ciudadano.

El gobierno de Colombia, fascista, lo pide acusándolo de tener una campaña internacional contra su país. Por hablar lo solicitan en extradición y lo encarcelan. Acaso nosotros tenemos que practicar la imperial amenaza contra un revolucionario, y a solo kilómetros de aquella herida sociedad, debemos permanecer turbados, disminuidos y reservados ante las enormes y gravísimas violaciones a los derechos humanos de seres humanos, igual a nosotros, pero de distinta nacionalidad.

¿Cómo debemos juzgar esta nueva violación? Las cosas no serán igual después de haberle dedicado estas anti bolivarianas bofetadas, a uno, de un gran respeto revolucionario.

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http://www.aporrea.org/actualidad/a122207.html

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