Petrocaribe venezolano

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Por: Miguel A. Jaimes N.

Sábado, 23/05/2015

Cada país que conforma Petrocaribe debe prestar atención a las reacciones que existen entre ellos valiéndose de los acuerdos y convenios y aceptando a priori la buena voluntad venezolana sin que ello implique ningún tipo de imposición y, por ende, de ventajismo. Por el contrario, en obediencia al factor de integración muy prontamente se desliga de todo carácter autoritario. Los países de Petrocaribe son, a fin de cuentas, relaciones ante las cuales debemos estar muy atentos:

La mutabilidad de las relaciones entre los países adscritos, no es otra cosa que una geoestrategia de relaciones de los países involucrados. El punto focal es una geogerencia que va más allá de la persona, del jefe, esta es solidaria con una expansión de la conciencia que pueda observar el devenir en los diversos e indefinidos torrentes de Petrocaribe. Esta visión novedosa no se presenta en una conciencia coincidencia. Antes de su creación hubo incapacidad para contemplar este fenómeno como un conjunto, posterior a su creación el devenir de Petrocaribe ha sido gerencial y relativamente simples, al abordar, por decirlo de una manera, la problemática del saber gerencial apuntalándose en objetivos demasiado fijos. Dichos objetivos cumplen con la función de que se cumpla el plan o proyecto gerencial en términos de corto, mediano y largo plazos.

No obstante, una gerencia que no sólo se oriente a lo sensible y, hasta cierto punto, las superficies de los campos a ser estudiados, debe apelar a la profundidad. Un análisis prospectivo de la profundidad sugiere, de inmediato, que el proyecto gerencial se involucre en fenómenos muy complejos del cual debe dar cuenta. Dichos fenómenos, a diferencia de cómo son percibidos los modelos aplanados y que responden al determinismo de las causas y sus efectos son absolutamente cambiantes. En rigor, los fenómenos de la realidad han sido cambiantes desde siempre. La anterior visión ha captado y explicitado dichos fenómenos. Ahora podemos dar cuenta de la no estaticidad de los fenómenos, que éstos poseen una fuerte tendencia a caotizarse —todo fenómeno es caótico e incluso a mostrarse en la realidad como modelos acabados, es decir, contra el caos auto organizado.

Por estas primeras consideraciones, la gerencia en Petrocaribe mira hacia la inestabilidad de los procesos inmersos en pequeños y grandes volúmenes, debe ser por su naturaleza con un fuerte carácter predictivo, de manera que se minimicen las inevitables tendencias al desorden.

Este carácter predictivo es lo que diferencia una geogerencia basada en la complejidad de los fenómenos presentada en una organización tan vasta como PDVSA o un sistema de organizaciones y empresas que implican países como es el caso de Petrocaribe y sus vinculaciones geoestratégicas y geopolíticas, a fin de que el rendimiento de la organización o empresa puedan sostenerse dentro de una franja de estabilidad más o menos razonable. En otras palabras, cada paso en el ajedrez de los movimientos de Petrocaribe es visto y hasta ha sido previsto gracias a una visión dinámica más no mecánica.

En resumen, referirse al tema petrolero con sus subidas y bajadas be tener presente la movilidad, las súbitas transformaciones de dichos fenómenos así como su carácter ciertamente evanescente. Obedece a una recién gerencia cuyo seguimiento a estas características puede, mediante la apertura de su radio de acción, predecir con éxito las contingencias sobre la que se estatuye su realidad.

Por eso los subsiguientes acuerdos están geogerenciados entre diversas organizaciones empresas o instituciones, es imperativo proceder al seguimiento de su comportamiento apelando a una visión rigurosamente científica que, como se dijo, de cuenta del todo a partir de sus partes, o para mejor decir, perciba la unidad en la diversidad y a la inversa. Esto es particularmente significativo cuando, en nuestro caso, estamos construyendo proyectos, acuerdos, pactos, alianzas entre diferentes países con modalidades muy singulares o, como se podría decir, con modelos de culturas organizacionales diversas y en ocasiones hasta incompatibles.

Creemos que la geogerencia es compleja, aborda la complejidad de sus instancias entre países, por ejemplo, garantizará el éxito de los objetivos propuestos, misiones y visiones, debilidades y fortalezas, siempre y cuando no abandone las premisas básicas que definen a la complejidad, es decir, a una fenomenología de los datos empíricos.

Existe un denominador común. Petrocaribe acciona, en tanto como nicho de empresas petroleras, hacia otros países que poseen culturas diferentes a la nuestra (esto no excluye a los países latinoamericanos). Este accionar hacia afuera debe partir simultáneamente de un maniobra hacia dentro. Petrocaribe es un núcleo bidireccional: opera con fenómenos internos que se le presentan y a la vez con los fenómenos externos. A esto se podría argumentar que este denominador común es aplicable a toda empresa, por muy minúscula que ésta sea. Y, en efecto, es cierto, puesto que hablamos de un denominador común.

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