Naftas

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Por: Miguel A. Jaimes N.

Las naftas extraídas directamente desde la reformación de su estructura salen directamente de la destilación primaria. Suelen tener moléculas por lo que tienden a detonar por presión. Por eso el reforming se encarga de “reformar” dichas moléculas. Al ser más compactas no detonan por efecto de la presión. La reformación puede realizarse de dos maneras: una, mediante calor, lo cual es muy poco usual; y, dos, si se realiza en menor medida —denominándose reformación térmica o mediante calor— con la asistencia de un catalizador. Proceso conocido como reformación catalítica.

Esta es la base de las razones dentro de la historia del hombre y del petróleo que los han mantenido unidos desde la antigüedad, cuando el maná negro apareció de forma natural en diversas regiones del Oriente Medio: Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Catar, Siria ,Yemen y aquí en Venezuela.

Hace 6.000 años en Asiria, Babilonia, el petróleo se usaba para pegar ladrillos y piedras, también en la medicina y en el calafateo de embarcaciones. En Egipto engrasaban pieles; las culturas precolombinas de México pintaban esculturas; y los chinos ya lo utilizaban como combustible.

La primera destilación de petróleo es atribuida al árabe de origen persa Al-Razi en el siglo IX, inventor del alambique, con el cual obtenía querosén y otros destilados para usos médicos y militares. Los árabes a través del califato de Córdoba —actual España— difundieron estas técnicas por toda Europa.

Continuó durante toda la Edad Media empleándose únicamente con fines curativos. En el siglo XVIII —y gracias a los trabajos de G. A. Hirn— empiezan a perfeccionarse los métodos de refinado, obteniéndose productos derivados que se utilizaron principalmente para el engrasado de máquinas.

En el siglo XIX se logran obtener aceites fluidos que empezaron a usarse en el alumbrado. En 1846 el canadiense Abraham Pineo Gesner obtuvo querosén, lo que incrementó la importancia del petróleo aplicado a la iluminación. El 27 de agosto de 1859 el coronel Edwin Drake perforó el primer pozo de petróleo en Pensilvania.

La aparición de los motores de combustión interna abrieron nuevas e importantes perspectivas en la utilización del petróleo, principalmente en uno de los que sería su máximo producto derivado: la gasolina que hasta entonces había sido desechada por completo al no encontrársele ninguna aplicación práctica.

Los principales países productores de crudo crearon —en el interior de sus regiones— importantes y sólidas empresas que tendrían la tarea de la exploración y producción.

Así se constituyeron las diversas estatales petroleras: Aramco en Arabia Saudita; la National Iranian Oil Company de Irán; la poderosa CNPC de China; la National Petroleum Corporation en Kuwait; Petroleum Company, Sonatrach, en Nigeria; la National Petroleum Corporation; para Libia la National Oil Co; la Petróleos Mexicanos PEMEX de México, y la Abu Dhabi National Oil Co de los Emiratos Árabes Unidos (EAU). También la mayor empresa rusa, LUKOIL, y Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima, PDVSA el 1° de enero de 1976 cuando en el pozo Zumaque 1 se izó la bandera venezolana y se depuso la de la Shell.

Pero los pánicos exhibidos a partir del año 2002 cuando el mundo enfrentaba la amenaza de continuar al ritmo de una extracción que derrumbaría las reservas mundiales, estimadas en ese momento para treinta y dos años nada más. Calculando que quedaban unos 143.000 millones de toneladas, dicha realidad se superó con los nuevos yacimientos de Rusia, Brasil y Venezuela.

Mientras la mayoría de las principales reservas mundiales entraba en declive, las de Venezuela eran las que mejor mantenían un crecimiento sostenido. Ahora solo se espera que a partir del año 2016 los nuevos anuncios indiquen las recientes cifras de reservas superiores a los 350.000 millones de barriles de crudo.

Este símbolo actual únicamente representa el 20% de lo que Venezuela con su tecnología puede extraer. Canadá profundiza con sus métodos hasta un 40%. Muchos avances tecnológicos sin embargo podremos experimentar y, sin duda, entraremos en ellos durante estos próximos años, razón por la cual sería pensable que sí llegaremos a porcentajes interesantes de profundidad. De suceder esto, las reservas venezolanas se duplicarán.

Todo indica, sin lugar a dudas, que para el futuro, en la cuenta de cien años, nuestro subsuelo tendrá reservas superiores al billón de barriles que pueden ser extraídas. Mientras, otros yacimientos del mundo entrarán en declive a mediados de la década del 2010, lo que provocaría que la producción mundial disminuya irremediablemente, conduciendo a la mayor crisis energética que haya sufrido el mundo industrializado. Mientras Venezuela seguirá siendo la máxima garantía por sus ricas reservas.

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