Mentiras de guerra. Por Miguel A. Jaimes N.
Martes, 25/10/2011 03:49 AM
Era Libia, ahora será un país dividido, gobernado por quienes no tienen el respeto ni de una mirada. País, donde los partes de guerra eran dados por el Coronel Muamar al Gadaffi, mandatario que gobernó hasta el día de su captura y posterior asesinato.
Quienes, asistimos a un no tan desvanecido mundo, inundado de horrores y crímenes contra un pueblo bombardeado, donde su nación amanece ahora con un magnicidio de quien hasta ayer escuchado en las Naciones Unidas, ahora, tras el cobijo y mentes de los altos generales de guerra, mantenidos como escudos de acero para desatar crímenes desde algo llamado: OTAN, organismo que recibirá las culpas por las violaciones de los terroristas que hoy acunan.
Los ataques sobre aquellas ciudades parecen inusitados cuentos macabros no propios de este siglo, recientemente los rebeldes del CNT fueron tras la importante ciudad de Brega, encontrando la muerte más de quinientos veinte de ellos.
Avanzadas exitosas mostradas desde cadenas noticiosas de Europa y EE.UU, mientras el control de importantes áreas del país está en manos de tribus, mas voluntarios que se aprestan a defender su patria.
El llamado Consejo de Transición es lo más parecido a un consejo de criminales a sueldo capaces de cometer atrocidades jamás hechas contra pueblo alguno.
El CNT ha disuelto un gobierno legítimo, suspendió el Buró Ejecutivo de gobierno sin ofrecer las causas o excusas de tamaña decisión. Mientras, Mustafa Abdel Yalil, autonombrado jefe del Consejo de Transición, ordenó a Mahmud Jubril, número dos en la rebelión, constituir un nuevo gabinete de ministros.
Esto, tras el polémico asesinato del general Abdel Fatah Yunis, jefe del Estado Mayor del Ejército libio, acusado de posibles vínculos con el régimen de Gaddafi,
nombrando el ejecutivo de la oposición, encargado de la gestión de las zonas bajo control insurgente en el este de Libia, a un nuevo grupo de quince miembros, todos los anteriores habían sido destituidos una semana antes.
