Los militares “disidentes” de Plaza Altamira. Por Miguel A. Jaimes N.
Viernes, 23/09/2011 10:29 AM
Ya estamos próximos a cumplir nueve años de aquella tragicomedia llevada a cabo por un grupo de militares golpistas en la llamada plaza Francia de Altamira aquí en Caracas, bien vale la pena recordar algunas de las grandes hazañas que se creyó un ex general de la Guardia Nacional, conocido con el alias de El Cuervo de nombre Felipe Rodríguez.
“Vamos a derrocar al presidente Hugo Chávez” ese fue el eslogan que esgrimió junto a la espantadiza Coordinadora Democrática y el resto de sus compañeros disidentes, entre todos organizaron esa obra de teatro llamada la Plaza Altamira.
Todo comenzó el veintidós de octubre del 2002 cuando aupados por los medios de comunicación venezolanos, invocaban el artículo 350 de la constitución bolivariana, interpretándolo de la forma que mejor les pareció.
Esta farsa logro reunir a ciento treinta y cinco (135) militares, incluidos generales de división y de brigada, y allí estaba Felipe Rodríguez, alias El Cuervo. Al ver esté, que con el pasar de los días no se cumplían sus hazañas, fue con un ingeniero de sistemas de apellido Mérida y detonaron sendas bombas en el consulado de Colombia ubicado en Chacaíto y contra la sede de la Oficina de negocios de España, también llevo lo suyo el edificio Teleport, donde se reunía la recién creada Mesa de Negociación y Acuerdos, siendo uno de los mas ponderados comisionados por el ejecutivo nacional, José Vicente Rangel, ahora en esta sede funciona la sede del CNE.
Pero El Cuervo no descanso en sus locuras terroristas, hizo explotar una granada en que deposito dentro de un recipiente de basura el cual estaba ubicado en la avenida México –Caracas- en pleno acto que conmemoraba un aniversario más del 23 de enero. Allí muere una persona, aparte, hay varios heridos, el artefacto estalló justo en pleno discurso que daba el Presidente Hugo Chávez.
Inmediatamente, El Cuervo pasa a la clandestinidad y es hasta febrero del 2005 cuando es capturado, estaba enconchado en la urbanización La Urbina aquí en la ciudad capital. En ese momento la fiscalía anuncia que este ex militar estaba completamente implicado en los homicidios del soldado activo del ejército Félix Pinto y de su novia, Zaida Peroza, también lo acusan por el intento de homicidio en contra de una menor de nombre Roxana, quien milagrosamente había salvado su vida cuando este ex general había ordenado asesinarlos, este hecho ocurrió en la entrada de la hacienda Palo Gacho, estado Miranda.
Los abatidos y la herida habían aparecido un día después de haber encontrado en el denominado sector parque Caiza, autopista Caracas-Guatire del mismo estado, los cuerpos sin vida de Ángel José Salas Lozano, cabo segundo de la Armada Venezolana, tenía dos heridas con orificio de entrada en el hemitórax lateral derecho, región lumbar izquierda con dos orificios de salida redondeado en hemitórax lateral izquierdo, fractura octavo y noveno arco de la costilla derecha, estallido del lóbulo derecho del hígado, estallido del lóbulo inferior del pulmón izquierdo y hemorragia interna en el tórax.
También encontraron muerto a Darwin Enrique Isturiz Argüello, soldado del Ejército con el rango de cabo primero. Los patólogos dieron la siguiente autopsia: heridas mortales en el hemitórax posterior derecho sin orificio de salida, región escapular, cara posterior del antebrazo izquierdo con orificio de salida irregular en cara posterior del antebrazo izquierdo y estallido de ambos lóbulos del pulmón izquierdo.
La policía científica demostró que luego de la comparación balística de las conchas percutidas localizadas en ambos sitios del suceso, se pudo determinar que fueron disparadas con la misma arma, una escopeta. Y en todos estos horribles actos está involucrado este ex general, quien personalmente ordeno asesinar a estos muchachos.
En conclusión: amigos, quizás permítanme llamarles hermanos. Estos eran los asesinos que querían derrocar al Presidente Hugo Chávez, verdaderos homicidas, ellos mismos llevaron al ciudadano que una noche empezó a disparar en Altamira a principios de diciembre de 2002 me refiero al portugués Joao de Gouveia.
Pero en ese cuento los detalles se los daré muy pronto, lo único que puedo adelantarles es que fue drogado y lanzado en plena plaza Altamira disparando una pistola. Ya se imaginan quienes lo manipularon, donde aparecieron mas heridos que las balas que este sujeto pudo percutir.
Incluso el mismo ex general González González daba clases de entrenamiento a los asistentes a la plaza de agacharse por si venia algún ataque militar, es decir que alguien disparara como en efecto sucedió. Cosas de la ciencia…
Todas estas desesperadas acciones estaban previstas, todo ya estaba planificado por las manos de estos militares golpistas. Y así sucedió.