Los espejismos de un Ledezma

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Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias

Lunes, 17/05/2010 03:50 PM

Es sábado, un día después de la instalación del Consejo Federal de Gobierno, llegan varias camionetas último modelo, desde ellas descienden unos veinte hombres armados, son los escoltas, dice un viejo que pasa un coleto maloliente y deshilachado. De pronto en el bullero se ve al hombre más brillante de la oposición, es Antonio Ledezma con su frente calva y recién lavada.

Se escuchan las bisagras de su oficina y con ellas las primeras molestias de un gago alcalde, ¡Los chavistas me echaron de Miraflores, no me dejaron entrar junto a los hipócritas de Pablo Pérez, Capriles, Pérez Vivas, insinceros, no hicieron nada, así le pagan a uno después que tanto real les di para sus ca ca ca campañas¡

¡Cierren las puertas! –Ordena- los invito a escuchar lo que soñé anoche, ¡fui coronado presidente del país!

Empieza el sueño:

Después de una acalorada campaña electoral, desterrado por mis propios adecos, soy elegido Presidente, gano, con 50.1% de votantes, la abstención ronda el 79.9% de un electorado cercano a los veinte millones, ¡pero gano!

Están todos reunidos en el Hemiciclo de la Asamblea Nacional, es dos de febrero del año 2014, al fondo, el glorioso himno de Rómulo Betancourt, “Adelante a luchar miliciano, a favor de la…..”.

La nueva Banda Presidencial me la obsequiaron desde España el Partido Popular, bueno, las cosas cambiaron, -prosigue- los invitados a la reiterada coronación están todos eufóricos, gritan que esta vez no se les quedó fría, la misma es colocada por el Antanas venezolano, Enrique Mendoza, ya con el Parkinson acelerado, el botón lo coloca Ismael García, quien ahora usa lentes de contacto azules y se toca la nariz.

Desde Maiquetía, reinaugura trasmisiones Radio Caracas Televisión, anuncia la llegada de varios vuelos, todos provenientes de países donde se encontraban exiliados los más enconados enemigos del régimen anterior.

Aterrizan aeronaves de Estados Unidos, los más importantes vuelos chárteres fletados desde Miami, Lima, Costa Rica, El Salvador, España y otros países.

Se notifica de un importante arribo proveniente desde Bogotá, es el Avión Presidencial de Juan Manuel Santos, quien llega junto a Uribe, arrastrando la silla de ruedas del mismísimo Carmona, al entrevistarlo logra escuchársele: “que respeten mi Auto juramentación…”.

La autopista Caracas-La Guaira colapsa, ya se avistan los primeros adecos queriendo volver a sus viejas andanzas en Catia, cuando desde el centro de toda la Parroquia Sucre sus famosos barrios eran controlados por ellos, Los Flores de Catia, Los Magallanes, Caribe, La Silsa, Isaías Medina Angarita, Gramoven, Lomas de Urdaneta y Propatria

Por los lados y a lo largo de la avenida Sucre circundan el barrio Ruperto Lugo, emblemático por sus bares, Saltavista, Los Frailes, Gato Negro, justo en la Estación del Metro que lleva el nombre del último de ellos, entra el mismísimo Manuel Rosales, grita con una botella de Pisco Sauver en su temblorosa mano: ¡Viva Chávez, Carajo!

El país se encadena y de nuevo hay coronación, los más sentimentales muestran un afiche del recién fallecido Carlos Andrés Pérez, mi compañero, mientras gritan ¡que regrese el buen gusto a Miraflores, Blanca Ibáñez a la Esquina de Bolero!

Lusinchi me guiña el ojo, hizo valer su senaduría vitalicia, logró colearse hasta la primera fila, aunque llegó con el Alzheimer desarrollado.

Sorteé, la escrupulosidad de los decretos, anuncié que mi gobierno será informal y rápido, -tatarea en su discurso- ¡Quítenle a todo el término, “ Bo Bo Bolivariano”, pues ya con Venezuela esto suena muy largo!

¡Borren murales y quiten afiches con las caras del Che, Martí, Miranda, Zamora y Bolívar, colóquense en su lugar rostros de los padres de la democracia, Betancourt, Caldera y Carlos Andrés!

Primeros anuncios: Vicepresidente Ejecutivo: Ramos Allups, ministros y embajadores: Defensa: General González González, Finanzas: Salvatierra, Banco Central: Nelson Mezerane, Educación: Luis Fuenmayor Toro, Infraestructura: General Antonio Rivero, Interior y Justicia: Leopoldo Castillo, Canciller: Marcel Granier, Educación Superior: Cecilia García Arocha, Embajadora en EE.UU: María Corina Machado, Embajador ante la Santa Sede: Baltazar Porras.

El Hemiciclo revienta en aplausos en cada frase del nuevo mandatario: ¡Elimínese la Policía Nacional y que vuelva Peña, que regrese la Policía Metropolitana, que venga con Bratton, plomo a los chavistas!

A Primero Justicia como siempre, volveremos a sacrificarla, ¡esto lo gobernamos los de siempre, adecos y copeyanos, mi mandato estará conformado por la más amplia coalición!

Mientras:

Los Republicanos están en el poder, Obama no se lanzó para un segundo periodo, no aguantó las amenazas de asesinarlo.

Los mexicanos y el mundo aun no conocen el rostro del subcomandante Marcos, y los Aliados con la OTAN tampoco han logrado capturar a Bin Laden, pero el orbe sigue bajo la amenaza, ahora del neoterrorismo.

Las derechas resurgen en el cono sur, flamea el eslogan: “Reliberalismo”, mientras crean cárceles para revolucionarios, inauguran una muy famosa en Colombia llamada “Libertad”.

Al rato se escucha que por fin llega Manuel Rosales, forma un lio a la entrada, Pablo Pérez corre, lo ve y grita: ¡no dejen entrar a ese borracho, no lo dejen pasar!

Nombran a J.J. Rendón Ministro de Comunicación e Información. M ikentras se comentan los primeros excluidos del nuevo gobierno: Primero Justicia. Sin perder tiempo preguntan bajo susurros: ¿en qué escuela de Psicología estudió este publicista?

Lusinchi se levanta y con el pulgar encorvado hacia sus labios hace señas que se va tomar unos traguitos, lo esperan en la esquina donde anclaron el busto de Billos Frometa, allí esta Álvarez Paz, al saludarse lamentan que no los acompañe J.J. Velásquez, ¡con él, si se bebía! suspira Pérez Vivas.

Volviendo al Hemiciclo, Ledezma sigue gagueando: ¡este régimen me persigue! Mientras Eduardo Fernández le pasa una chuleta, la cual olvidada después, podía leerse: ¡Ledezma no digas eso chico, ya Chávez no está!

Prosigue, ¡ya no podrán impedirme que vuelva a entrar a mas reuniones, vamos, solo los míos, manos a Las Arcas!

A la salida Globovisión le pregunta al viejo tigre por sus aspiraciones, ¡yo estoy en campaña desde que perdí con el Gocho en el 88¡

El Nacional titula: ¡Volvió la democracia!, mientras El Universal advierte: ¡Ojala y dure!

Más anuncios: liberado precio de la gasolina y aumento a discreción por parte de los empresarios a los alimentos de la cesta básica.

A las afueras:

A lo lejos camina una anciana, mientras se detiene a escuchar a un borrachito tirado en una sucia esquina de la Avenida Universidad con una botella de Cocuy en una de sus manos, al hombre gritando en su embriaguez se le escucha: ¡ya veremos lo que pasara, Chávez está en el pueblo…!

http://www.aporrea.org/oposicion/a100808.html

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