Guerra por los recursos (II)

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Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias Políticas.

Viernes, 27/02/2009 02:26 PM

La humanidad en toda su historia ha lidiado en dos escenarios, el primero de ellos el cambio de la estructura originado por la lucha de clases entre débiles y explotadores, llevando la lucha por un lado a procesos revolucionarios contra dictaduras de ultraderecha. El segundo escenario de lucha viene dado por los recursos energéticos. El petróleo ha dado al traste con gobiernos progresistas, revoluciones por medio de golpes de estado, dictaduras y magnicidios.

El petróleo ha estructurado conflictos, nuevos espacios geopolíticos, nuevas estrategias de seguridad y defensa, es decir, ningún recurso ha tan violentamente originado cambios como el petróleo.

De esta forma la lucha por el control del petróleo viene dada desde finales de mil ochocientos, prosiguió durante todo el siglo veinte y proyecta seguir arrancando con más fuerza aún en este siglo XXI. Otros rublos como la madera, materias primas o minerales se los lleva por delante las ansias del control y cantidad de recursos originados por la comercialización petrolera. Hasta ahora en la historia humana, ningún recurso ha llegado a proporcionar tanto poder y dinero como el control de los hidrocarburos, ni aún el de la guerra.

Efectivamente, Venezuela se ve amenazada en su nueva estructura de gobierno planteada por el Presidente Hugo Chávez, esto porque la superpotencia americana ve como un peligro este nuevo modelo de gobierno sustentado en la filosofía bolivariana. Así, el sustancial aprovisionamiento y manejo de hidrocarburos ya no es regido por los manejos imperiales.

Por esta razón los EE.UU. han entrado en crisis contra Venezuela, observan que el manejo, uso y destino del precio del crudo ya no puede ser manejado. Esta situación pudiese desencadenar casos extremos, desde el magnicidio y seguir provocando a cada rato grupos de protesta con niveles tan elevados de conflicto que hagan claudicar al gobierno.

Esta problemática presenta la proyección de nuevos escenarios de seguridad y defensa a tomar, orientados en el reconocimiento de vecinos naturales y alianzas con petroleras de la región hasta con empresas vietnamitas, rusas, bielorrusas iraníes y chinas. Elevando propuestas de integración y ayuda a países a partir de una cuota diaria de la cesta petrolera en alianzas conformadas recientemente en la novedosa propuesta de integración subregional con los naturales vecinos del caribe: PETROCARIBE y con los países del bloque suramericano: PETROSUR. Vecinos naturales quienes en bloque pueden enfrentar durante los próximos decenios los pequeños o grandes desafíos en sus crecimientos por el aprovisionamiento de la cesta petrolera. Esto representa nuevos mercados, relaciones de integración bajo la propuesta del ALBA. Generando un nuevo entorno geopolítico de seguridad y defensa para la región.

Las venideras hostilidades se rivalizarán en torno al control de aprovisionamientos seguros de petróleo y por la mayor acumulación de reservas pero en suelos extranjeros, muestra de esto es el caso de Irak y Afganistán en el control del gas. Causa del desembarco cada vez mayor de marines en el Oriente Próximo y el despliegue de fuerzas de la OTAN a lo largo del Este y Oeste Europeo, llevando al acrecentamiento en la presencia de fuerzas armadas en las mas importantes zonas de reservas petroleras probadas.

Los conflictos petroleros muy audazmente los han originado las superpotencias, creando malestar y amenazas sobre zonas limítrofes, reclamando espacios fronterizos donde “casualmente” saben que existen reservas petroleras compartidas o cercanas entre países, ya que la mayor concentración de reservas petroleras le corresponde a un limitado grupo de países.

Han utilizando en el caso Venezuela un escenario de activación de una profunda crisis política, dirigida por factores de oposición orientados en trastornos que amenazan con interrumpir el flujo de crudo como fórmula que justifique la intervención de grupos foráneos entrenados por las regiones con las mayores concentraciones de capital industrial, que son las más necesitadas de nuestro petróleo.

El riesgo de la activación de escenarios conflictivos seguirá dándose por tres poderosas razones: primer escenario: el entorno político y estratégico que tomen las decisiones de los recursos y aquí el principal enemigo de las superpotencias es la OPEP con la defensa en la garantía de mantener estable los precios del barril.

El segundo escenario se proyecta en la demanda y la oferta, todo indica que la demanda del uso de hidrocarburos crece diariamente a nivel mundial, no logran entender que la aceleración en la quema de recursos fósiles es exagerado por los modelos de consumo mantenidos por la irracionalidad en el uso de materias primas que alteran el medio ambiente. La demanda en la construcción y uso de vehículos origina un gran poder per cápita a las ensambladoras, las cuales están empeñadas en construir y construir a costa del sacrificio de utilizar cantidades elevadas de hidrocarburos.

Y como tercer escenario tenemos la geografía de la producción y la distribución del crudo. Los seis productores mundiales más importantes por la producción y reservas de hidrocarburos son los países con los mayores conflictos: Arabia Saudita, Irak, Irán, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Nigeria y Venezuela. Países en el ojo del huracán de la política petrolera internacional.

En el año de 1988 los EE.UU. definió sus “intereses vitales” necesarios para su supervivencia y harán todo lo posible por intervenir de cualquier forma en aquellos países que logren atentar contra la seguridad del aumento del precio diario del barril petrolero o que utilicen él mismo en la apertura de otros mercados que beneficien el desarrollo de las naciones productoras.

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http://www.aporrea.org/tiburon/a73355.html

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