El fuego no dejará de arder
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias
Sábado, 27/02/2010 01:56 PM
La nueva etapa militar y de guerra por parte de las administraciones estadounidenses, quien empezó una nueva etapa a inicios de los años noventa, primero bombardearon a Irak, luego invadieron a Afganistán, ahora amenazan a Irán.
Ahora inician una nueva temporada aun más calculada, parte del trabajo sucio en lo militar es encomendado para su realización a países como Israel, su máximo protegido en la región, sino, que razón tendrían de bombardear a los palestinos, perdonen el sadismo, pero lo hacen para entretenerse y probar nuevos tipos de armamentos, estos juntos no le representan ninguna amenaza a los sionistas, quienes viven sedientos de sangre.
Mientras escribo estas notas se anuncia la llegada de el primer detenido en la Base de Guantánamo, Cuba, cárcel dirigida por los Estados Unidos, y quien envió al primer pobre hombre a otra cárcel, esta vez en España.
Estas acciones, mas el bombardeo indiscriminado a países indefensos seguirán tensionando la vulnerada paz y tranquilidad de ciudadanos hoy presos de ataques generados en climas de desestabilización que iniciaron los EE.UU. con sus mayores ejecutores, la Central de Inteligencia Americana y El Pentágono.
Los mismos que crearon, entrenaron y financiaron al fantasma de Al Qaeda, y hoy con la ola publicitaria del terrorismo, invaden y ametrallan a países enteros, pero no a combatir sus mentiras, sino a apoderarse de los recursos del subsuelo de aquellos países, el petróleo y los grandes yacimientos de gas.
El núcleo del abrasado Arco de la Crisis lo representa la amenazada Irán: quienes son la segunda reserva de gas más grande del planeta y exquisitamente ubicado en línea vertical, entre las confluencias del Mar Caspio, tercera reserva de hidrocarburos del planeta y el superestratégico Golfo Pérsico, la cual constituye otro “punto de estrangulamiento” atravesado por el 40 por ciento del petróleo mundial, dirigido primordialmente al noreste asiático: China, Japón y Sud-Corea y, en forma horizontal, con fronteras incandescentes tanto en Afganistán y Pakistán como en Irak.
Treinta años después del alumbramiento y la iluminación del Arco de la Crisis, el objetivo del control son sus hidrocarburos, aunque ha variado su rival, que ahora es China.
En efecto, asistimos a una genuina guerra geoenergética que no se atreve a pronunciar su nombre entre Estados Unidos y China, los dos principales consumidores y contaminadores del mundo.