Banco de Venezuela, el gran engaño
Por: Miguel A. Jaimes N. – M sc. Ciencias
Miércoles, 24/03/2010 09:16 AM
Todos nos preguntamos: ¿Quiénes manejan el Banco de Venezuela? En estas sedes suceden cosas de no creer, y en esto sobran los ejemplos: cuando algunos clientes desean aperturar una Cuenta de Ahorros le exigen un seguro de vida obligatorio, por supuesto de una aseguradora privada, pero no conforme con tamaño abuso le manifiestan descaradamente que lo puedes suspender, pero después de un año.
Se sigue golpeando al pueblo, más triste aún, a quienes dan todo por este proceso bolivariano.
Los groseros y mal encarados empleados no están ausentes, cobran un sueldo por supuestamente atender al público, pero llegan a ser tan atrevidos que unos hasta utilizan repiques en su celular de la fanfarria de Radio Caracas Televisión y la de Globovision, descarados, ya quisiéramos ver qué pasaría si alguno de sus compañeros de trabajo o usuarios empleáramos la fanfarria de La Hojilla o el Himno del Psuv.
En muchas de estas agencias -sobre todo en la zona andina- falta suspicacia con quienes pusieron a dirigirlas. El gusano opositor esta por dentro, por esta razón son incólumes ante reiterados reclamos de sus usuarios.
Como es posible que personas de cualquier edad pasen hasta cinco horas esperando para ser atendidos, pero no faltara quien diga que en otras entidades bancarias pasa lo mismo, pues les digo, en todos no, pero en los bancos del Estado es normal esperar horas y horas.
Hay denuncias donde se han provocado cortos circuitos a las dos de la tarde, paralizando el banco hasta con trescientas personas esperando por ser atendidas, más todas las enormes colas de usuarios en cuadras enteras, quienes aguardan desesperados para poder entrar. Pero nadie hace nada, a estos saboteos no le dan credibilidad en investigarlos.
Es inaudito, pero en algunas agencias los beneficiarios llegan a hacer infernales esperas desde las cinco de la mañana, ¿y donde está la gerencia que se desarrolla en estas entidades? Sin duda anda perdida.
Descarados, burlándose de usuarios exasperados quienes ven impávidos como están cerradas las taquillas, ya hasta normal es, que en algunas agencias solo trabaje un cajero para atender a cientos de personas.
Doña Elena, gracias a Dios tiene el cuero duro, porque las sacadas de madre que le dan al Comandante son a todo pulmón, mas cuando se va la luz, pero no hay conducción gerencial para que alguien tenga la “osada” idea de empezar a gestionar al menos una planta eléctrica, y anunciar ante el país: ¡aquí hay una agencia modelo! nadie de estos empleados logra entender que los bancos son un servicio público muy necesario y urgente.
El público les reclama a estos “gerentes revolucionarios” mientras ellos responden: ¡que no saben nada! Ni levantan su cara por educación, ni se inmutan, menos tomar en cuenta cualquier sugerencia o idea de algún cliente.
Entonces que hacemos, somos unos cobardes que no sabemos gobernar, porque no tenemos autoridad para sacar tanta suciedad que hay en cualquiera de los puestos de gobierno.
Ir al Banco de Venezuela, es igual a un amanecer de “condenado a muerte”, la incompetencia voluntaria e intencional es peor que en ninguna otra parte, sedes de 2×4 metros cuadrados, como la de San Antonio de los Altos, otras donde lo más importante son las oficinas, las cuales ocupan más del sesenta por ciento de toda la agencia.
Ante la ofensiva opositora, los bancos del Estado deben ser contactos directos con los avances de la revolución, al igual que el resto de oficinas de la administración pública, entre tantos otros beneficios, deben empezar a ser vida cotidiana de un proceso de cambio, pero ni un afiche de los logros de esta revolución son capaces de colocar, o de las Misiones, menos uno del Presidente Hugo Chávez, por solo nombrar una idea que nos permita combatir la desinformación y la gran guerra mediática.
Es imposible que los clientes tengan acceso a las altas autoridades bancarias, bien sea para pedirles una consulta o colaboración, se esconden cuando saben de reclamos, a la gente le provoca ahorcarlos por ineficaces.
Acaso, ¿es tan difícil gerenciar un banco justo ahora cuando la informática nos ayuda tanto? Además, el personal que maneja nuestro dinero, parece el propietario del mismo y desde las cajas y escritorios gritan, ordenan, insultan, como si el público les estuviera pidiendo limosnas.
Son ellos quienes deberían entregarnos su Cédula de Identidad para verificar si nuestro dinero se encuentra en buenas manos.
Por otra parte, los números para la tercera edad no cumplen su función, los pobres viejos pasaron de la cuarta, a la quinta agonía, esperando.
Son las frustraciones diarias las que convencen que el hombre nuevo y la mujer nueva son imposibles. La gente se pregunta, ¿Será que de verdad nos hace falta una dictadura para poder cambiar? ¿Estamos preparados para una democracia de anarquía y libertinaje?
Por otra parte, las pesadillas de las chequeras es la pasión de Cristo, pues el Comandante Chávez parece ser el único con buenas intenciones, y quienes votamos por él, tenemos que hacerlo tácitamente también por la cantidad de ineptos que ocupan tantos cargos.
Entonces, ¿al servicio de quien está la banca del Estado?, la única diferencia con los intereses de la banca privada es de un punto menos, sus horarios son los mismos, cuando se acabara por fin este maligno horario de 08:30 am a 03:30 pm, cuando podrá cambiar este abuso, estamos o no en revolución, que es eso de cerrar las agencias por el día de San José, las brujas, las calabazas y cuanto onomástico se tenga que celebrar.
Acaso los millardos invertidos por el Estado venezolano son para seguir en la comparsa neoliberal de los banqueros de este país, esto es necesario que cambie, un país no puede avanzar de esta manera, hay cientos de muchachos ansiosos por trabajar, se pueden ampliar los horarios, turnos, servicios, por Dios, será que nuevamente hay que repetirles hasta el cansancio las clases de Introducción a la Gerencia Pública Socialista.
En la oposición son capaces de votar por quien sea, porque no votan por nadie, sino que votan contra Chávez. ¿Nosotros votamos por quien? votamos por Chávez, porque en él está el cambio, y pensamos que quienes lo acompañen y sean nombrados para altos cargos estarán empeñados en hacerlo bien.
Pero las cosas no funcionan así, que se creerán los altos ejecutivos sentados en la avenida universidad, distantes, allá en Caracas, donde queda la sede del armatoste negro llamado Banco de Venezuela, pretenden ser el “Vengador Justiciero”, es decir, atropellar antes que me atropellen.
Sin duda, cuánto civismo mas compromiso humano, social y político hacen falta en la administración pública nacional.
Parece que esto continuará siendo, “Chávez vs. Chávez”.