Bloque Petrocaribe. Por Miguel A. Jaimes N.
Domingo, 01/03/2015 11:27 AM
Campo Boscán
En la conformación de bloques como Petrocaribe —aparte de Petrosur y el Gran Gasoducto del Sur— así como con las alianzas de otros productores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los que están fuera del mismo como naciones amigas, hacen necesario el bloque Petrocaribe. Bloque cuya solidez y potencia lo conforman e impulsan sus diecinueve países.
Un hecho histórico son sus antecedentes históricos hoy reconformados en un arco energético caribeño. Estas son las bases de un reciente interregionalismo donde los recursos provenientes del subsuelo proponen ser transformados en una única vía de progreso, y por ende, de futuro social entre sus naciones. Esto significa que la atención a una estrategia de seguridad y defensa en materia petrolera la cual desde ya converge en una línea de acción planteada en el seno de un organismo natural al cual pertenecen en varias naciones.
En las aciones diseminadas en cinco zonas cruciales: Asia, África, Medio Oriente, Suramérica y el Caribe que en conjunto administran el 30% de las rutas, comercio y consumo del petróleo en el mundo y, al mismo tiempo, almacenan el 85% del petróleo mundial que necesita la humanidad para los próximos siglos.
Por eso la presente referencia donde se desarrolla el proyecto que lleva por nombre Petrocaribe toma importancia meridiana al estar ubicado en una zona marítima limítrofe con Venezuela con lo que se quiere significar la presentación de un abanico de propuestas a título de justificación el cual debería estar encuadrado desde el bloque ALBA-TCP, en alianza con Venezuela que es miembro activo de la OPEP.
Venezuela es la principalísima dueña del material fósil que más importancia ha recobrado en el planeta, por tanto debe abrir una página de ruta que les permita cuidar, proteger y mantener los recursos de sus socios. Por ello se constituye —en el territorio de las opciones— en la mejor oportunidad dentro de una iniciativa, que debe impulsar el Estado y las sociedades involucradas, para seguir el ejemplo con sus poblaciones locales.
Por eso no debe negarse la eficacia de una gerencia da energética que permita enfrentar la fuerza de la nueva demanda energética caribeña. Pero por razones creadas, no existe una auténtica gerencia que legitime un trabajo como este de una empresa como una totalidad fluyente. En otras palabras, el resultado esperable de ella no es sólo la calidad del producto, independientemente de los procesos y procedimientos que atestigüen una buena fe por parte del consenso de sus juntas directivas. Esta propuesta ha sido sometida a análisis, a saber; donde exista el capital, el capitalismo y las fórmulas neoliberales, no existe libertad humana posible.
El capitalismo es metastásico y su lógica se fundamenta en considerarse dueño de un bum que predica y opera para darle lo mejor a sus miembros. De alguna manera, esto es cierto. Nada más errado, dentro del seno de una gerencia —plana o compleja— imagínense la salud administrada por la medicina capitalista.
No obstante, este análisis crítico es representante de una nueva gerencia, puede muy bien trasplantarse, aunque fuese de manera embrionaria a otro campo en donde se profese la libertad de conciencia en su máxima expresión
Partiendo de las singularidades de lo complejo, Petrocaribe se escribe en redes solidarias de pensamientos abiertos. Nos referimos a la geogerencia aunque también se la denomina —existiendo un acuerdo común entre los críticos— proceso integral, o gerencia de un nuevo principio de integración.
Gracias a la visión de la geogerencia nace una geoestrategia como modus operandi dentro PDVSA —PDV-Caribe— dirigida hacia los países de su área. Por eso el Arco Caribeño en todas sus complejidades políticas y gerenciales, continúa consolidándose gracias a la visión multipolar iniciada desde el presidente Hugo Chávez Frías. Quien poseía una visión de un nuevo paradigma aplicado a los escenarios de los países del Caribe, reunidos todos con sus diversidades culturales, convergencias y divergencias.
Por eso desde junio del año 2005, Venezuela dio un nuevo paso al crear Petrocaribe, que comprende a las siguientes naciones caribeñas: Antigua y Barbuda, Bahamas, Cuba, Grenada, Guyana, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Belice, Jamaica, República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Haití, Honduras y El Salvador.
Por eso esta nueva visión cruza los aprendizajes de los fenómenos complejos, aplicando a Petrocaribe lo mismo que a Petrosur considerándola como parte de un novedoso aporte. En efecto, la geogerencia es su propuesta seminal sembrada en las zonas vírgenes del siglo XXI en el bloque Petrocaribe.
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