El maléfico Vaticano. Por Miguel A. Jaimes N.

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Lunes, 06/12/2010 12:23 AM 

Hace unos meses atrás fallece el gran escritor y político José Saramago. Maestro de la tolerancia y de interpretadas verdades.

Inmediatamente a solo horas de su deceso El diario vaticano L’Osservatore Roman, nada más y nada menos que el vespertino de la Santa Sedeempezó a escribir odio contra el escritor. Solo habían pasado horas, seguro su cuerpo aun estaría tibio y ya empezaba a recibir ataques.

El ataque comenzó: Populista extremista de ideología marxista, ideólogo antirreligioso y anclado profundamente en el marxismo. Así arranca la andanada de epítetos que intentaron por todos los medios hundir la imagen del maestro, colocándolo en las esferas del desprestigio religioso mundial.

Sin vacilar Claudio Toscani fue el escogido para escribir un obituario bajo el título “La omnipotencia del narrador”. Allí, entre otras cosas repasa la vida del Nobel de Literatura 1988.

Arremete El Vaticano con el contratado analista: “Fue un hombre y un intelectual sin ninguna admisión metafísica, hasta el final anclado en una proterva confianza en el materialismo histórico, alias marxismo”, reza el artículo.

Lúcidamente en la parte de la cizaña contra el campo evangélico. Declarado insomne por el solo pensamiento de las cruzadas o de la Inquisición, olvidando el recuerdo del ‘gulag’, de las purgas, de los genocidios, de los ’samizdat’ culturales y religiosos”.

El texto repasa la producción literaria de Saramago, analiza su novela El Evangelio según Jesucristo (1991), una obra “irreverente” que supone un “desafío a la memoria del Cristianismo de la que no se sabe qué salvar.

Por lo que respecta a la religión, atada como ha estado siempre su mente por una desestabilizadora intención de hacer banal lo sagrado y por un materialismo libertario que cuanto más avanzaba en los años más se radicalizaba, Saramago no se dejó nunca abandonar por una incómoda simplicidad teológica, afirma el artículo.

Un populista extremista como él, que se había hecho cargo del porqué  del mal en el mundo, debería haber abordado en primer lugar el problema de todas las erróneas estructuras humanas, desde las histórico-políticas a las socio-económicas, en vez de saltar por el plano metafísico”, prosigue.

El artículo de L’Osservatore Romano asegura que Saramago no debería haber “inculpado, incluso demasiado cómodamente y lejos de cualquier otra consideración, a un Dios en el que nunca había creído, por la vía de su omnipotencia, de su omnisciencia, de su omniclarividencia”.

Esta es la guía que se da desde la Compañía Anónima El Vaticano, poder de la mentira, mafia de la desigualdad, iglesia de los ricos y presentadora del abandono contra la razón intelectual.

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http://www.aporrea.org/internacionales/a113463.html

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